Sudan cal de la celda las paredes
y tus barrotes forjados en hierro,
limitando el presente en vil destierro,
hacen tan gratas tus níveas redes.
Visitantes a tantos allí hospedes
no parece serles malo este encierro,
asumieran la paz de dulce entierro
acabando en cenizas que concedes.
La sombra del olivo quedará
al pasar el fiero ciclo a merced,
viendo pasar las noches y los días.
Sentado el recuerdo perdurará,
saciando en memoria esta larga sed
y evitará esas tierras tan baldías.