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Alauda

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12 septiembre 2024

Sin palomitas

Fotografía: https://enfilme.com/



En las mayores de las ocasiones


la ficción ya supera a lo real


con la fuerza que tras la cámara se oculta


y la sonoridad estremece la butaca.

 


La acertada dirección, 


nadie se olvide del guion 


de la fotografía y la realización,


del montaje, vestuario y producción,



Y con personajes con acierto retratados


poderoso blanco y negro, 


colores tan brillantes y flamantes, 


de ciudades quebradas y asfixiantes 


con parajes en busca de venganza.

 


Pocas frases y escenas muy concretas, 


historias de amor 


o comedias que son desternillantes.



Sesudos diálogos o sin ser providenciales,


Dramas de época o actuales, 


logran sin duda que el espectador


vislumbre el tiempo, 


las expectativas y peripecias vitales.





07 septiembre 2024

Compañera crítica cinéfila.




A A.V.S.



En estos tiempos de prisas,

a pesar de los peajes que conlleva,

paladea el cinema con la pausa

con la que degustamos un manjar.


De la trama

descubre el secreto que esconde

tan estimada compañera y dama.


No esperemos expectantes

situaciones allí desgarradas.

Hay cuidada ambientación

jugando sobre seguro,

regalándonos análisis cuidados

e inspirado sentido del humor

con muy lograda tensión.


La crítica del filme es rigurosa

de gran perfección narrativa.

Llegará una catarsis final

nada exenta de sorpresas.


(A veces crea el cine confusión,

merece o desmerece el resultado,

bien nos invita a leer acerca

de histórico momento retratado,

bien a volar en un profundo espacio).


Como pez en el agua va moviéndose

a lo largo del metraje

siendo sus actuaciones tan sublimes.

A ello se une la presencia

de representaciones excelentes

muy emotivas y llenas de matices.

Gusta leer sus caras directrices.


Va llevando al lector

de desencantada generación 

o de esperanza confiada, 

con quirúrgica y fina disección 

a hora tan bien fiada. 


Su analítica incita la visita 

a los cinemas cada día. Créanlo.



04 julio 2014

Soylent green. Cuando el destino nos alcance.

Fotografía:  http://clasicosendd.blogspot.com/2013/06/cuando-el-destino-nos-alcance.html


En España esta película la titularon “Cuando el destino nos alcance”. Muy en la línea de filmes “setenteros” donde se dibuja un futuro nada halagüeño.

Está basada en el libro publicado en 1966 ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!, de Harry Harrison.

El film nos presenta un panorama en el que la superpoblación y la escasez de alimentos han ahondado las diferencias sociales. El populacho, el común, la prole, los desheredados, se hacinan en las escaleras de los edificios incluso en las que sirven en caso de incendio. Las mujeres jóvenes solo pueden aspirar a ser concubinas y formar parte, junto al mobiliario, de las viviendas que se reasignan a quienes tienen una posición acomodada en el escalafón social - no en vano de aquel toman su nombre. –

La soja es el alimento de las masas. Soylent es la marca comercial de tan preciado manjar. Hay soylent rojo, amarillo y verde (éste de novísima creación). Es el Soylent Green el que da nombre a la película.

Fotografía: https://elblogdemiguelfernandez.wordpress.com

La inmensa masa siempre está dormitando lo que denota hambruna severa y abandono de toda esperanza. La suerte está echada para esos desgraciados a quienes solo les queda apiñarse en las escaleras, aguardar su turno en las colas de racionamiento o ser apartados bruscamente de las calles por las palas mecánicas de grandes camiones que recogen a esos parias como si de objetos se trataran.

Solo los ricos tienen aire acondicionado, duchas con agua caliente, confort, neveras repletas de alimentos frescos (verduras y carne) o delicatessen como la mermelada. Un cuerpo de policía está en ese punto medio que separa, como en un abismo, a las élites de los que no pertenecen a las castas. Las iglesias están repletas de enfermos, inválidos y pobres de regio abolengo. El Estado ha sido sustituido, de facto, por la corporación que suministra – una vez a la semana gratis – el soylent.

El soylent verde está hecho, a priori, de plancton de los generosos mares.

La investigación de un crimen, un asesinato de uno de los directivos de la compañia que suministra en exclusiva el soylent, sirve de hilo argumental a una historia que provoca el desasosiego y la incredulidad hacia lo que el destino nos depare.

Fotografía: www.nadacomercial.com

Charlton Heston y Leigh Taylor-Young protagonizan esta joya de la ciencia ficción. La ciencia y las tecnologías han desheredado a las personas, incluso, de lo que Marx dejó escrito en su obra "El Capital" como la capacidad de realizar un trabajo: la fuerza de trabajo. Negros augurios con tintes de veracidad según lo que impera en el mundo del trabajo en nuestros días: paro y jornadas parciales casi ínfimas. En ambos casos mal pagados.

Charlton Heston se había especializado en ser el principal intérprete de películas en los setenta que nos mostraban un futuro muy desfavorable para la raza humana. Además de “Soylent Green” protagonizó las memorables “Omega Man” (“El último hombre vivo”) y “El Planeta de los Simios”.

Fotografía: ciclos-decine.blogspot.com

Como ya comenté en la entrada sobre la película “La Fuga de Logan”, en los sesenta y los setenta se generó una ola de “miedo” entre la opinión pública occidental. No solamente el comunismo estaba maldito (la URSS aún era el gigante que disputaba a EE.UU., la supremacía mundial); la superpoblación y la crisis se cernían como un ave de mal agüero.

Cuando el destino nos alcance” tiene una fotografía que logra desanimar a cualquier optimista crónico u ocasional. Los tonos anaranjados son como napalm. Logran transmitir esas sensaciones que solo el calor y la desesperación provocan en las personas y en los animales.

El protagonista es un policía honrado excepto cuando se trata de llevarse todo lo que puede del hogar del muerto, ya sea comida, unos lápices para su ayudante o, incluso, disfrutar de los goces del mobiliario. Pero, además, resulta tener sentimientos; experimenta la ternura, la lealtad y ese sentido del amor de verdad, el que se sacrifica desinteresadamente. Su personaje obra al principio como un canalla, al final lo hace como un héroe.

Hay que destacar a ese secundario de lujo que días después del rodaje falleció de un cáncer, Edward G. Robinson, que deja momentos memorables que sólo un actor de verdad logra interpretar, transmitiendo un abanico tal de emociones que logra hacer levantar al público y aplaudir a mano batiente. ¡Qué grande!

Fotografía: es.paperblog.com

No dejen de ver esta película. Les desazonará aunque, al mismo tiempo, disfrutarán de una historia que invita a pensar como poco.




15 junio 2014

La fuga de Logan




Hace 38 años que se estrenó está película a la que me atrevo a llamar "de culto". Está basada en la novela homónima que se publicó en 1966.

Hay diferencias, y muchas, entre la novela y el filme. No deseo desvelarlas para que quien lo desee pueda leer y ver la una y la otra.


En el Siglo XXIII los humanos viven en ciudades cubiertas por una cúpula que les aísla del exterior. Una guerra nuclear hizo inviable vivir fuera. Hemos de tener en cuenta el miedo al conflicto nuclear que había en la época en que se narró esta historia. Hasta mediados de los setenta había en la literatura y el cine del género de anticipación, cierto gusto por los futuribles post-nucleares. Mad Max, por ejemplo.


El control de la natalidad era otro de los temas recurrentes de la década de los sesenta. Y así se explica que en el futuro donde se sitúa Logan, la población al cumplir los 30 años dejaba su paso a los “reencarnados” por mor de la clonación. Nuestro protagonista, de hecho, se llama Logan 5.

El futuro distópico de La Fuga de Logan es lo que define, aunque no solo, a esta película con la que acabó con un ciclo en el género. Un año después se estrenó Star Wars. La ciencia ficción de la gran pantalla no iba a ser ya lo mismo.

La película tiene, a mi modo de ver, su atractivo en el argumento, la fotografía, la banda sonora, el vestuario y, por encima de todo, el reparto.

La Fugan de Logan está protagonizada por los ingleses Michael York y Jenny Agutter. Michael York, a pesar de interiorizar el papel y dotarle de cierto dramatismo, queda eclipsado por una joven actriz con una belleza exquisita.


Cuando vi esta película por primera vez era un niño. Tendría 9 o 10 años. Sencillamente quedé prendado de la actriz inglesa que hacía el papel de Jessica 6. Personalmente me gusta más que Ava Gadner. Incluso más que una de las actrices secundarias de la película, icono sexual de la época, la rubia de bellos rasgos, la malograda Farraw Facett-Majors.


Los otros papeles secundarios recaen en Richard Jordan, en el papel de Francis 7 y Peter Ustinov. Como curiosidad el hijo del director, el también inglés Michael Jordan, es otro de los actores de esta distopía.


El papel de Jessica 6 tiene relevancia e importancia en el argumento. Como en la canción, Logan sin ella no es nada. Ella va a ser el catalizador de lo que Logan no se atrevía a concluir en sus refllexiones en alto de cierto sentido ontológico.

La sociedad joven, incluso claramente infantil, está caracterizada por el ocio y el hedonismo. Lo que pueda parecer utópico (no hay clases, no hay opresores ni oprimidos), ideal (no existe el patriarcado, las relaciones sexuales son libres, no existen ni el matrimonio ni las uniones de hecho, la familia y la religión han desaparecido, así como la filosofía, la política, las ideologías y las castas), nos dibuja un panorama que ni el anarquismo ni el comunismo, ni Podemos, soñaron, pero que encierra, no solo la crueldad de una muerte prematura y pública, sino el destierro del amor y de cualquier vínculo interpersonal y familiar. La función reproductora del ser humano se limita a donar los óvulos y el semen para perpetuar la raza humana.


Solamente el color de la vestimenta diferencia a los individuos según su etapa vital. Eso sí, hay una zona de excluidos (aunque tienen el mismo final fatal que el resto de habitantes de la Cúpula), hay personal de mantenimiento y un cuerpo que vela por el orden, “los vigilantes”. Logan es uno de los “vigilantes” que se dedican a perseguir a los fugitivos. Los que huyen lo hacen para no participar en el “Carrusel”, espectáculo público donde quienes cumplen 30 años son volatilizados.

Una inteligencia artificial es la que organiza ese paraíso donde las únicas actividades son el relax, los paseos, fornicar incluso en orgías (la escena psicodélica en la Zona del Amor es una de las más expresivas, incluso habiéndose recortado 15 minutos de sexo explícito en el montaje final), hacer gimnasia, cambiarse de rostro (o de cuerpo entero) y acudir al Carrusel a pasarlo bien.

Solamente unos pocos tienen la esperanza de vivir más en un lugar llamado “Santuario”. Nadie sabe donde está, ni siquiera el mega ordenador que se ocupa del bienestar de esa comunidad de felices despreocupados.

La película, sin embargo, quiere avisarnos sobre los peligros de desviarnos de nuestra naturaleza gregaria. Sin amor no hay compromiso. Sin compromiso no hay generación de ese vínculo que nos inmortaliza llamado familia. Sin familia no sabemos quienes somos al no tener un pasado que nos defina y que podamos legar a quienes nos procedan.

La Fuga de Logan parece anticiparse al “No Future”, eslogan del punk que surgió por antonimia al pop, el rock y el hippismo del amor libre y de la huida de la sociedad. Los peinados setenteros, lo psicódelico y el ambiente de centro comercial son unas de las particularidades de esta película.

Habrá a quien le parezca ñoño el proceso del enamoramiento y de elegir pasar una vida en común de los protagonistas. Pero, tal vez, sea verdad que el amor mueva montañas, junto a la fe que Logan y Jessica se profesan.

Una de les escenas más emotivas es cuando los protagonistas descubren, en un amanecer, el Sol. El grado de ignorancia de estos seres humanos, hijos de la tecnología y de la ciencia, es más que obvio. Es en ese momento cuando una elección primaria, la de querer estar juntos, en Logan y Jessica, comienza a emerger.


Resultará para algunos infantil, rallante en lo naíf, ese proceso de enamoramiento que se inicia, en un principio, como una fuga en busca del soñado Santuario (huida de la Caverna), y en el que el analfabetismo de los protagonistas provoca que no sepan lo que ven en el exterior, cuando, por ejemplo, leen en una inscripción de una lápida: “Amado Esposo, Amada Esposa”, y asumen libremente, más tarde, ese rol de pareja. Es tan pueril cuando ella le dice a él “querido esposo” y él le responde “querida esposa” que cualquier convencionalismo, cualquier conocimiento que hayamos adquirido y cualquier experiencia, quedan eclipsados por la simpleza del hecho de saberse y conocerse dos personas, que sin más, se aman y deciden continuar sus vidas juntos hasta que la muerte los separe. Lo que parece complicado no lo es, nunca lo ha sido. Cuando dos personas se reconocen juntos el compromiso surge espontáneamente.


Una mención, aunque sea de pasada, es para los efectos especiales, en lo bueno (las ruinas del exterior son un prodigio) y lo malo (la maqueta y el cartón piedra del interior, de la Cúpula, es ciertamente chocante).

Vale la pena ver La Fuga de Logan. Aunque solo sea por pensar un poco y contemplar la belleza de una actriz solvente como lo es Jennifer Agutter.


La película toma referencias de otras del género, sin duda. Pero su originalidad será eterna. Incluso Michael Bay en La Isla toma prestadas singularidades de La Fuga de Logan. O la más reciente In Time. Si nada lo impide en 2015 tendremos un remake de este filme protagonizado por Michael York. Pero nada será lo mismo. Ni la fracasada serie que se hizo años después, ni los cómics escritos por William F. Nolan (uno de los coautores de la novela original junto George Clayton Johnson) han conseguido olvidar a dos actores desaprovechados por la industria de Hollywood y a una película que se encuentra entre mis, por siempre, preferidas.






08 junio 2014

Hateship, loveship. El arte de encontrar un lugar en el mundo.



Liza Johnson dirigió en 2013 una película en la que volvía a escenificar la búsqueda del lugar en el mundo. Si en Return (2011) era una soldado la que volvía a su mundo después de cumplir con su deber, en Hateship, Loveship, es una cuidadora de ancianos y mujer de la limpieza la que encontrará su lugar en el mundo después de una trama, de un ardid en forma de broma de mal gusto, quien además de cumplir con su cometido, encuentra la única oportunidad que el destino le brinda.

Está basada en una novela de Alice Munro titulada Hateship, Friendship, Courtship, Loveship, Marriage“.

Kristen Wiig protagoniza un drama que tiene forma de puzzle, es decir, las piezas van encajando hasta mostrar un bello mosaico. La Wiig interpreta a Johanna, una más que eficiente ama de casas ajenas. Johanna se queda sin trabajo después que la anciana que cuidaba dejara este valle de lágrimas.

La pose adusta, la timidez, la pinta de paleta y las facciones de mujer rendida, derrotada, sin atisbo de ilusión en su mirada es lo primero que llama la atención de este personaje obsesionado por el orden, el método y la limpieza.

El sentido del deber vuelve a aparecer como en Return. Johanna cumple la última voluntad de la anciana. Una vez muerta Johanna la viste con el vestido azul que quería llevar puesto ese día.

El comienzo nos regala detalles en los que vale la pena detenerse: la firmeza de Johanna (el planchado del vestido azul de la anciana está ejecutado con mano firme y con destreza), sus zapatos, la forma de vestir y el peinado delatan a una mujer entrada casi en la cuarentena sin más horizonte que el de cumplir con su cometido, soñar en soledad y silencio, viendo la vida pasar.

Su nuevo trabajo es a las órdenes de Mr. MacCauley (Nick Nolte), un anciano resultón con blancas barbas que tiene a su cuidado a su nieta Sabitha (Hailee Steinfeld), una adolescente huérfana de madre, cuyo padre es un alcohólico y cocainómano que va de aquí para allá. Este personaje (Ken), interpretado por Guy Pearce, vive atormentado con la culpa de causar la muerte a su esposa en un accidente. La amiga de Sabitha, Edith (Sami Gayle), es un miembro más de familia.

A pesar del orden que infringe en lo que limpia, recoge, barre, friega o cocina, nuestra protagonista es una persona que ha llegado a un punto tal de aceptación de su soledad y de la falta de una familia.

Pero Johanna va a encontrar la horma de su zapato. Sin buscarlo se encontrará en forma de carta manuscrita lo que después, por mor de una chiquillada de unas mozicas que pretenden echarse unas risas a costa de la recién llegada con zapatos raros, provocará una reacción en la peculiar asistenta.

La película nos muestra el valor de querer sin pedir nada a cambio y de la determinación. Un gran Nick Nolte ejerce de gran patriarca justo. La Wiig hace creíble a Johanna no, lo siguiente. Por momentos lo borda. Y las cortas apariciones de Jennifer Jason Leigh empacan una historia de la que hay quien dice que se queda corta. Destaco a la Wiig, Nolte y Guy Pearce. De las jóvenes promesas el personaje de la Gayle tiene más chicha. Apunta maneras la joven protagonista de El Profesor.

No quisiera acabar sin recomendar la película, aun a riesgo de provocar cierto desasosiego. Aunque tiene un planteamiento más que notable, el desenlace ( previsible) se cierra bruscamente dejando al nudo, al desarrollo, en una situación algo comprometida. Sabe a poco. Es tan buena la historia que deja la sensación de querer más.

Resumiendo, la propuesta es buena pero se queda en el notable cuando tiene todos los mimbres para el sobresaliente, entre ellos unos actores que dan credibilidad a sus personajes y una historia que más bien parece un cuento.



 

30 mayo 2014

California Solo




Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: "Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que será derramada para remisión de los pecados".

Mateo 26:27-28
The only one I see
Is mine when she walks on the street
The only one I see
Has carved her way unto me

Everyone has been burned before
Everybody knows the pain
Everyone has been burned before
And everybody knows the pain

The Charlatans-The only one I see 
  
Erase una vez un viejo rockero escocés, Lachlan MacAldonich, que vivía en Estados Unidos, que vendía productos de una granja en un mercadillo, que tenía una hija con una ciudadana norteamericana a la que apenas conocía, que ponía música de discos de vinilo en su emisora de radio casera, que fue miembro de un grupo rock de cierto éxito, que se enamora de una de sus clientes (a la que dobla, o más, en edad) y que, por una infracción administrativa en forma de multa, podía dar con sus huesos deportado en su Escocia natal, en la Pérfida Albión, o sea, en la Gran Bretaña (Rule, Britannia!, Britannia rule the waves...). 

Este personaje solo podía ser interpretado por un scottish con pinta de guitarrista de los Deep Purple: el grandioso Robert Carlyle. A este actor se le recuerda por Trainspotting (1996), The Full Monty (1997) o la mas reciente Once Upon a Time (serie que en España se emite como Erase Una Vez) en la que interpreta al oscuro Rumpelstiltskin. 

Robert Carlyle es como los vinos añejos: con aroma, cuerpo y de largo final que, por si solos, sostienen un menú o una velada con velas a la luz de la luna. En California Solo despliega cada uno de los muchos registros que el personaje, el guión y la historia precisan. Actúa con tal desparpajo que da ganas de abrazarlo. El sólo en California sostiene un argumento que tiene mucha más mala leche de la que podemos esperar de una película independiente con perfil óptimo de Festival de Sundance (obtuvo un premio en dicho Festival en 2012); a pesar de ser una película algo lenta nos muestra una de las mejores redenciones, a mi modo de ver, del cine.

El personaje tiene un recorrido vital más común de lo que pensemos. Hace realidad aquel titulo de un disco llamado así: The rise and fall...; sí, ante nosotros tenemos a un hombre más que maduro que subió alto y se estrelló, que por caprichos del destino tiene que buscarse la vida en un país que no es el suyo y que ha dejado huecos, vacíos y cuestiones pendientes que ha de ir llenando en ese viaje hacia la redención.

Nos encontramos ante una redención más cercana a Martin Scorsese que a Jesús de Nazaret. Más que sacrificarse por la salvación de sus semejantes, el personaje de Lachlan MacAldonich sufre el castigo por sus actos pasados y presentes. No faltan ni el alcoholismo ni el abandono de una hija que no ha dejado de querer a su padre a pesar de sus desplantes y de su pose de eterno adolescente.

Es tan real el personaje de Carlyle que, a veces, nos podemos ver en él como en un espejo y sentir esas sensaciones y emociones por las que pasa nuestro protagonista: el feliz optimismo desde el que mira con esa mixtura de admiración, deseo y promesa-de-amor-eterno al personaje interpretado por Alexia Rasmussen, hasta la frustración que produce la cruda realidad cuando ésta tritura el deseo y el optimismo convirtiéndolos en humo (decía una canción llamada "Humo" de Gabinete Caligari: "somos humo, mi amor, que como viene se va..."); la secuencia del pub es tan verídica que a mí se me puso la cara roja y hasta me avergoncé. Tal cual. ¡Cuantas veces me he visto en ese brete!

El reparto cumple a la perfección el rol que el guión dispuso para ellos. La lentitud de la cinta nos permite entender, sin embargo, los procesos que se suceden en esta dramática historia. Todo tiene un sentido. Todo tiene una lógica veraz y nada engañosa. Así, el personaje femenino protagonizado con cierta solidez por la Rasmussen - Beau-, sabe mantener la tensión justa y el equilibrio. Hay momentos estupendos en el que la sola sonrisa de Beau evoca momentos en el que nuestra alma no necesita más que esa expresión que, a veces, abre puertas y corazones que parecían cerradas y duros.

Es una película muy buena. Es un drama que toca la fibra. Habrá, sin duda, quien le resulte una película indie más. Valga comentar que el guionista y director Marshall Lewy escribió el personaje que protagoniza Robert Carlyle pensando exclusivamente en él, sin conocerlo.








17 mayo 2014

Let the Right One In (Låt den rätte komma in)



Esta película sueca es una de las mejores en su género. En ella se conjuga lo inquietante del argumento con lo estético como soporte coherente de aquel (lo visual en el Cine es primordial, básico, es el esqueleto), y donde los diálogos son realmente jugosos rozando el lirismo en ocasiones. Los personajes están excelentemente caracterizados y la interpretación de los jóvenes protagonistas es muy, muy buena. (Ella, Lina Leandersson en el papel de Eli roza la excelencia por momentos; él, Kåre Hedebrant en el papel de Oskar confiere realismo a su personaje).

Este film está basado en una novela que tuvo un gran éxito y se aleja, como aquella, del vampirismo adolescente y naif de la saga Crepúsculo, referencia ésta obligada en las historias de los hijos de la noche mal que nos pese. (De la saga del triunvirato emocional entre una humana, un vampiro y hombre lobo, pocas cosas en lo cinematográfico pueden ser salvadas. En otra ocasión hablaré de esa trilogía que tuvo un éxito fuera y dentro de la pantalla nada despreciable).

Una de las virtudes (y tiene muchas) de la película sueca Let the Right One In (Låt den rätte komma in), es la excelente, a mi modo de ver, fotografía donde ningún plano sobra, entretejiendo lo claro-oscuro y el color de una manera admirable y regalándonos unos efectos especiales muy notables. La luz, y la falta de la misma, tiene sentido en cada plano, en cada secuencia, en cada momento; nada se deja al azar ni es gratuito. Hay primeros planos que son sencillamente de muy buen gusto (la imagen del Monte de Venus de la protagonista, que se detiene magistralmente como de repente, sin dar ocasión a «voyeurs» ocasionales a recrearse en su observante afición, encierra un significado que no quiero desvelar, además, denota cierta delicadeza).

Cada detalle técnico encierra interés, maestría y una implicación en la realización de un trabajo, donde se nota que el director logra cerrar un circulo desde una propuesta clásica: hay un planteamiento, un nudo y un desenlace. La banda sonora es increíble.

Cuando hablé en el anterior post sobre «Bizantium» adelanté lo que ambas películas tenían en común, sobresaliendo ciertamente la película sueca en la descripción de la eternidad como fatalidad. Y es ese destino cruel lo que queda al desnudo sin que quepa ninguna otra consideración. La maldición de la protagonista no estriba en el hecho de ser un vampiro, es el efecto de esa naturaleza sobrehumana la que delimita un destino cruel. Pero no nos engañemos, el destino fatal lo es, aun más, para su sirviente quien se sacrificará de por vida viendo pasar los años en su cuerpo mientras en ella, el motivo cruel y fascinante de sus desvelos, el tiempo se detendrá. La actitud romántica de los jóvenes que lo dejan todo por su «eterna» ¿amante?, propia de la adolescencia, se nos muestra como lo que es: la negación del yo.  

Aquí no hay amores reencarnados (recordemos "Drácula, de Bram Stoker"); hay amor encarnado en dos personajes que aparentemente no tienen nada en común pero que durante el transcurso de la historia, y al final, convergen en ese personaje, el fiel sirviente, que nada tiene de secundario. En esta cinta se nos muestra con toda crudeza como se las tiene que ingeniar el metódico lacayo para alimentar a ese monstruo con forma de niña.

La relación entre el joven humano y la aparentemente joven (pero con muchas décadas de existencia a sus espaldas) se nos ofrece en su comienzo como fascinante, con la inocencia propia de quienes sin conocerse se sienten atraídos de forma irremediable; las escenas del cortejo, de las primeras citas son realmente encantadoras, incluso evocadoramente familiares.

Hay mucho más en la película; el llamado "buylling" que padece nuestro joven protagonista es veraz, no se deja nada en el tintero. Tal vez cierto estereotipo en el matón de turno nos resulte muy evidente, hasta tópico.

No quiero desvelar más detalles pero no puedo evitar dejar de mencionar la delicadeza de los pies descalzos de nuestra protagonista y el arte de la seducción de la eterna fémina.

Es una película que no permite interrupciones, distracciones o huidas en forma de sopor hecho ligera siesta o cabezada ocasional (miserere mei). La única pega que le veo es el «remake» que hicieron los norteamericanos, «Let me in», que no hace honor a la original a pesar de una Chlöe Grace Moretz en estado de gracia.


13 mayo 2014

Bizantium

Un par de veces tracé unas líneas sobre esta película, pero no ha sido hasta que he visto "Cuento de Invierno" con lágrimas aún en los ojos, que me he decidido a escribir sobre una película original y que habla, entre otras cosas, de la fatalidad de la inmortalidad. Me refiero a "Bizantium", protagonizada por Gemma Arteton y Saoirse Ronan.

Ya se estrenó hace unos meses en España esta película que versa sobre uno de los temas más recurrentes del séptimo arte, el del vampirismo. Es una historia diferente de vampiros bien planteada con un desarrollo que mantiene el interés y la tensión. No deja indiferente la excelente puesta en escena de cierto ambiente que llega a ser asfixiante, pero tierno al mismo tiempo.

La diferencia de otras cintas está en que son las protagonistas dos mujeres vampiro, madre e hija, aunque no lo aparenten. La más joven, Sarnoise Ronan, se mantiene ajena por voluntad de su madre, Gemma Artenton, de lo sórdido de los trabajos que de noche ésta hace para mantener a su vástaga, al mismo tiempo que la defiende de los vampiros, llamémoslos patriarcales, que consideran una abominación a ambas mujeres. El rol protector maternal no se nos ofrece como un mero instinto animal, sino que tiene la excelencia de ser una actitud moral. El personaje que interpreta la Artenton asume, sin dudas ni vacilaciones, un compromiso indestructible hacia su hija. ¿No hay mayor prueba de amor y de moralidad en los propios sacrificios (siendo el mayor de ellos no solo matar a otros por proteger a un amor incomparable), sino estar dispuesta a dar la propia vida por el fruto de sus entrañas?

La Ronan escribe su diario con toda clase de detalles que luego tira al viento para que aquel se lleve esos trozos de existencia, en forma de hojas manuscritas, de su historia al azar y se sepa quienes son. ¿No es otra forma de inmortalidad persistir en forma de diario escrito? ¿No resulta evidente que le parezca liberador a nuestra joven protagonista el hecho de que otros conozcan sobre su maldita existencia? Tal vez así pretenda acelerar poner fin a lo que puede convertirse en eterno si alguien no acaba con ese suceder de días donde el tiempo se para para uno mismo. El mito (hecho realidad) de la eterna juventud es más una carga que un motivo de alegría para nuestra heroína.

Lo mágico no podía faltar en la propuesta, un tanto poética, del director Neil Jordan quien ha dirigido entre otras "Entrevista con el Vampiro" y la (para mi) excelente "Ondine". Así la fuente donde estos seres abandonan su naturaleza humana se encuentra en una cueva en lo alto de un acantilado cuyas aguas se tiñen de rojo cuando se produce el feliz desenlace para quienes la muerte, en forma generalmente de enfermedad, les acecha y acuden allí a vender su alma al diablo o al mismísimo Dios creador para obtener la ansiada vida, la vida eterna.

Lo poético está en el título (
en la película es un hotel abandonado), llamado "Bizantium". Dicho hotel se convierte en un refugio - lo que muy bien los ingleses definen con la palabra "sanctuary"-.

Bizancio, luego Constantinopla, antes "Nueva Roma" y actualmente Estambul, fue durante un milenio un freno al expansionismo musulmán hacia Europa, un refugio helénico donde sus propios habitantes aun se llamaban a si mismos romanos.

Lo original de la propuesta es que ese mundo de tinieblas, y de eterno deambular por la Historia, está solo restringido a los varones, de ahí que las protagonistas sean perseguidas para ser exterminadas por una sociedad secreta de vampiros. La mujer vampiro es una abominación a modo de muchas sociedades que en nuestra actualidad tratan al género femenino como meros recipientes seminales, animales de carga, objetos de cambio, mutilación y degradación, equiparando a la mujer a un mero animal como pueda serlo un perro o una vaca. (Ay dañina multiculturalidad).

Con una cuidada fotografía donde se entrelazan imágenes y escenarios urbanos muy reconocibles, la cinta nos presenta una historia diferente sobre los otrora hijos de la noche. Las interpretaciones del dúo protagonista son más que excelentes, Gemma Arteton y Saoirse Ronan. El argumento es original y el tratamiento de los personajes es creíble. Para mi está a la altura, o casi, de la película sueca Let the Right One In (Låt den rätte komma in), verdadera joya que hay que ver para entender el destino cruel que tiene la inmortalidad. Quien quiera y pueda que las vea. A mi me gustaron mucho, la una y la otra.


08 mayo 2014

Jack and Diane






"Gray no está seguro si quiere hacer un romance tintado de fantasía o un festival sangriento hiper-sexualizado (termina por no hacer ninguno de los dos)" 


Mark Olsen: Los Angeles Times


He de confesar que a mí si que me gustó esta película que trata de dos de los temas más socorridos del cine: el amor y la licantropía.

La historia no es nada novedosa: una chica dulce, tímida, que parece que acaba de salir de una casita de muñecas conoce a una chica malota, con pinta de dura, ruda. A partir de ahí cualquier parecido con la realidad puede ser una mera coincidencia o una mera concesión a los sentidos. 

La película sigue, a mi modo de ver, la estela de otras películas que han descrito el despertar sexual con resultados dispares (recordemos, al azar, «El lago azul», «El último tango en París»  o «Belle Epoque»). La originalidad de la película estriba en que el foco de esta aparente sencilla historia de amor entre dos jóvenes tiene una complicación que marcará el destino del romance; una de las protagonistas despierta a la bestia que lleva dentro cuando siente el latido de la sexualidad, del deseo carnal. La opción de la joven no será otro que esconder su secreto y huir, no solo en un sentido metafórico.

Una de las grandezas de la película es la casi nula concesión a lo explícito cuando surge la bestia, dejando en manos del espectador la elección entre el interés por recorrer cada milímetro en cada fotograma cuando la loba se anuncia para, así, tener esa imagen distorsionada que tenemos de nosotros mismos y de los demás o, por contra, dejarnos caer en manos de lo onírico para intentar comprender que es lo que tenemos a la vista y que, con dispar fortuna, procesamos en nuestro interior. Ese querer y no poder, en contra de lo que parezca, tiene consecuencias, y a más de uno le dejará con un amargo sabor de boca si esperaba ver una mujer-lobo al modo en que las películas del género caracteriza a estos míticos seres.

Parecida reflexión podríamos hacer si alguien espera ver a la Schneider (quien no fingió las lágrimas cuando fue sodomizada por Brando y que, a la postre, acabó en un psiquiátrico) y al canalla de Marlon Brandon usando mantequilla como lubricante para satisfacer sus apetitos, su instinto más básico: la dominación sin contemplaciones, sin guiones ni dictados, vejando a una incipiente actriz apasionada.

La historia de ambas jóvenes (Riley Keogh en el papel de Jack y Juno Temple en el papel de Diane), por contra, tiene sus fases bien delimitadas no saliéndose del guión de lo que todos ya sabemos. Es en la simpleza, y en cierto tacto o pudor, donde toda la crudeza y la dureza de una historia que prometía ser anodina encuentra un clímax de una carga emocional tal que golpea cada uno de los resortes de una relación que empieza y no se sabe cuando ni como va a acabar. El descubrimiento del alter ego, de Hyde, del animal que lleva dentro una de las novias con todas las consecuencias fruto de sus actos irracionales, animales, es lo que proporciona, también, dramatismo a la cinta. La caracterización de las dos amantes es sencillamente impecable, otorgando un punto de realismo notable a unos personajes que nos resultan cercanos y compresibles. 

Quienes piensen que esta cinta versa sobre el amor ingenuo, llorón y adolescente van errados. Tampoco se nos describe las corredurías de unas jovenzuelas en edad de merecer a lo "belle epoque"

La madurez de la propuesta del film se entiende al final cuando todo lo que acaece desde el planteamiento se anuda de tal manera que lo sensato, lo racional, se sobrepone a la oscuridad que los sentimientos, a veces, tienen para nosotros mismos y los demás. 

Aunque el lobo es fiero... el ser humano lo es más.







01 mayo 2014

A BIRD OF THE AIR



las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.
Eclesiastés 10





A BIRD OF THE AIR

Esta es de las pocas películas que aún me hacen sonreír mucho tiempo después de haberla visto.

Basada en la novela «The Loop» de Joe Coomer, la vida ordenada y sin sorpresas de un trabajador solitario del turno de noche en una patrulla de "Asistencia en Carretera", toma un rumbo inesperado, con «leit motiv» incluido, al aparecer un verde loro en el remolque donde vive. El loro repite palabras y frases, siendo su frase «auto-afirmadora» más elocuente "I'm an Eagle".
 

Con la ayuda de una bibliotecaria extrovertida nuestro taciturno protagonista emprende la búsqueda de los orígenes del loro verde parlanchín. La aventura no siempre llevará donde los protagonistas preven y quieren, pero ese viaje les hará encontrarse a ellos mismos.

La película explota ciertos tópicos como el del chico difícil y la chica sociable que se embarcan en el conocimiento propio y del otro; el loro, y la búsqueda de su dueño, es un mcguffin verde, charlatán y con alas. Pero la originalidad del planteamiento (la aparición del loro verde desde el aire, volando, en el remolque donde habita un atormentado hombre) y las situaciones cómicas que provoca aquel y la inusual aventura en que se embarcan los protagonistas, nos va descubriendo una historia veraz con personajes muy creíbles
que sienten, por ejemplo, la decepción que supone el conocimiento real del otro contrariamente a la imagen ideal -romántica- que de aquel se tenía.
 
Tal vez la sencillez y la naturalidad del desarrollo de la historia y sus protagonistas (como contraposición al caotismo y las complejidades auto impuestas de nuestro mundo real) sean tan evidentes que se huele, se percibe un "deseado" y "deseable" happy end, al emprender -y comprender-  los personajes
un proyecto en común que parte del afán de un conocimiento inusual (de donde viene el loro, quien es su dueño). Mejor véanla si la encuentran.

A destacar el desparpajo del loro verde, la simpatía
natural y la inteligente naturalidad de Rachel Nichols, la sobriedad de Jackson Hurst y el ritmo ameno de una historia que hace sonreír. (Sin olvidarnos del perro de la protagonista, quien también tiene sus momentos de gloria).

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Los pesos del amor

Foto  de  djovan  en  Pixnio Es agotador amar, amar a la persona equivocada con la lluvia cayéndose sobre las lágrimas de Hiblis. Es agotado...

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