13 mayo 2014

BIZANTIUM

Un par de veces tracé unas líneas sobre esta película, pero no ha sido hasta que he visto "Cuento de Invierno", con lágrimas aún en los ojos, que me he decidido a escribir sobre una película original y que habla, entre otras cosas, de la fatalidad de la inmortalidad. Me refiero a "Bizantium" protagonizada por Gemma Arteton y Saoirse Ronan.

Ya se estrenó hace unos meses en España esta película que versa sobre uno de los temas más recurrentes del séptimo arte, el del vampirismo. Es una historia diferente de vampiros bien planteada, con un desarrollo que mantiene el interés y la tensión. No deja indiferente la excelente puesta en escena de cierto ambiente que llega a ser asfixiante pero tierno al mismo tiempo.

La diferencia de otras cintas está en que son las protagonistas dos mujeres vampiro, madre e hija, aunque no lo aparenten. La más joven, Sarnoise Ronan, se mantiene ajena por voluntad de su madre, Gemma Artenton, de lo sórdido de los trabajos que de noche ésta hace para mantener a su vástaga al mismo tiempo que la defiende de los vampiros, llamémosles patriarcales, que consideran una abominación a ambas mujeres. El rol protector maternal no se nos ofrece como un mero instinto animal sino que tiene la excelencia de ser una actitud moral. El personaje que interpreta la Artenton asume sin dudas ni vacilaciones un compromiso
indestructible hacia su hija. ¿No hay mayor prueba de amor y de moralidad en los propios sacrificios, siendo el mayor de ellos el de, no solo matar a otros por proteger a un amor incomparable, sino estar dispuesta a dar la propia vida por el fruto de sus entrañas?

La Ronan escribe su diario con toda clase de detalles, que luego tira al viento para que aquel se lleve esos trozos de existencia, en forma de hojas manuscritas de su historia, al azar con el objeto que se sepa quienes son. ¿No es otra forma de inmortalidad persistir en forma de diario escrito? ¿No resulta evidente que, a pesar de que le parezca liberador a nuestra joven protagonista el hecho de que otros conozcan sobre su maldita existencia, tal vez así pretenda acelerar poner fin a lo que puede convertirse en eterno si alguien no acaba con ese suceder de días donde el tiempo se para para uno mismo? El mito (hecho realidad) de la eterna juventud es más una carga que un motivo de alegría para nuestra heroína.

Lo mágico no podía faltar en la propuesta un tanto poética del director, Neil Jordan (quien ha dirigido entre otras "Entrevista con el Vampiro" y la, para mi, excelente "Ondine"); así la fuente de que estos seres abandonen su naturaleza humana se encuentra en una cueva en lo alto de un acantilado cuyas aguas se tiñen de rojo cuando se produce el feliz desenlace para quienes la muerte, en forma generalmente de enfermedad, les acecha y acuden allí a vender su alma al diablo o al mismísimo Dios creador para obtener la ansiada vida, la vida eterna.

Lo poético está en el título y que en la película es un hotel abandonado llamado "Bizantium". Dicho hotel se convierte en un refugio, lo que muy bien los ingleses definen con la palabra "sanctuary".

Bizancio, luego Constantinopla, antes "Nueva Roma" y actualmente Estambul fue durante un milenio un freno al expansionismo musulmán hacia Europa, un refugio helénico donde sus propios habitantes aun se llamaban a si mismos romanos.

Lo original de la propuesta es que ese mundo de tinieblas y de eterno deambular por la Historia está solo restringido a los varones, de ahí que las protagonistas sean perseguidas para ser exterminadas por una sociedad secreta de vampiros. La mujer vampiro es una abominación a modo de muchas sociedades que en nuestra actualidad tratan al género femenino como meros recipientes seminales, animales de carga, objetos de cambio, mutilación y degradación, equiparando a la mujer a un mero animal como pueda serlo un perro y una vaca. (Ay dañina multiculturalidad).

Con una cuidada fotografía donde se entrelazan imágenes y escenarios urbanos muy reconocibles, la cinta nos presenta una historia diferente sobre los otrora hijos de la noche. Las interpretaciones del dúo protagonista son más que excelentes, Gemma Arteton y Saoirse Ronan. El argumento es original y el tratamiento de los personajes es creíble. Para mi está a la altura, o casi, de la película sueca Let the Right One In (Låt den rätte komma in), verdadera joya que hay que ver para entender el destino cruel que tiene la inmortalidad. Quien quiera y pueda que las vea. A mi me gustaron mucho, la una y la otra.


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