Traigo el desconcierto a todas partes
sin que llene mis bolsillos
tu verbo duro inflexible.
Libo el aliento del aire
y sin pentagrama ni corcheas
tu voz no regala la melodía que suena.
Solo miras y tus soles
no sonríen
y me siento el peor de los mortales.
Agrio amor,
¿tiene márgenes tu orilla?
A mis espaldas llevo el desconcierto
que es una laude que encorva mis sentidos,
que dobla mi espinazo
que no entiende
la estela indiferente que lanza tu mirada.
No hay contigo nada
solo el vacio firmamento
de la rígida noche
sin luna y sin estrellas.
Dime si fluyen contigo los nítidos rios,
ni nace el lirio ceniciento
del polvo sin luz del Sol,
sin los mimos del aire
sin la caricia de la abeja
que se posa en la flor.
Siento en tus palabras excusas
que pesan como piedras.
