30 abril 2014

LA FELICIDAD SEGUN MI SOBRINA




Aun no ha hecho un mes y una de las cosas que me llamaron la atención cuando la conocí es la facilidad pasmosa para dormir que tiene la bendita.

A la vista está que, ajena a miradas y fotografías, sus ocupaciones se reducen a lo básico dada su naturaleza de recién nacida, de bebé. Una de sus actividades que más tiempo le ocupa es la de dormir.

No solamente dormir le lleva la mayor parte del tiempo, comer y hacer sus necesidades son otros de sus menesteres. En eso no se diferencia de sus congéneres neo natos quienes, como ella, aun no tienen conciencia de si mismos ni del mundo. La vista apenas la tiene desarrollada, siendo de cerca como parece ser que pueda distinguir alguna cosa. El olfato lo tiene agudizado ya que de esa manera sabe cuando su madre está presta a alimentarle (conocen el olor de sus madres estas pequeñas criaturas) y, tal vez, cierta familiaridad parece ser que tiene a las voces de sus progenitores.

Es lento su crecimiento, cosa que a mi hermana le preocupa (yo en su lugar también lo estaría), pero poco a poco va ganando unos gramos y creciendo unos pequeños centímetros. Las madres sois madres y el vínculo, con las sensaciones y sentimientos hacia vuestros retoños, dicen, que es muy especial.

Con ella ya son cuatro los hijos de mis tres hermanas. Cuatro eramos los hermanos hasta que llegó la madre de la feliz dormilona que vemos en la foto: Los Cinco, como los famosos personajes, ay, de Enid Blyton.

La pequeñaja es ajena al Mundo. Lo más parecido al Mundo son los pechos de su madre que la alimentan y los cuidados, arrumacos y demás que sus padres le dispensan. Ha tenido la suerte de tener los padres que tiene, mi hermana y mi cuñado.

Siento que la niña es feliz y no tenía otra manera de definir su felicidad que con una imagen que vale más que mil palabras.