Un golpe traicionero de viento,
un aire que se cuela en la casa
revolviendo los papeles.
Un Sol que se ha filtrado en la piel,
que quema, que propaga el dolor,
con vencedor aguijón.
Así se presenta la sombra sin cuerpo,
así se recrea la estampa sin sombra,
y más, sin pedir el permiso debido.
La brisa que acaricia la faz,
que irisa cariñosa la piel
de vida, de arcoíris el alma,
con paz me reconforta, me alivia;
me borra la guardada mancilla.
Sonrisas que nos pintan los labios
de tinte, de colores que tapan
las grises y las negras sombrías,
mostraron el camino a mis pasos.
El verde de los pinos aroma
y envuelve la mañana. La noche
se asoma con su traje de estrellas
brillantes. Sus guirnaldas titilan
acordes musicando las melodías.
Melódica canción refulge su alegría.
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