Ni el deseo ni el amor
deshicieron el granito en la garganta.
Sin verbo, sin besos, sin sabernos,
nos olvidamos sin más
sin menos el uno del otro.
Nos ignoramos mutuamente,
civilizados, sin conocimiento,
sin causa, sin efecto, sin nada,
olvidando nuestros nombres
plegamos la vela del olvido.
Ignorante sin peso en la mochila
callo, me trago el silencio
y las palabras que ya no quiero darte.
Empero lo cortés, no quita lo valiente.
Queridísima, nada es más sutil
que el hiriente puñal de tus pestañas.
Julio 2014-Octubre 2025
