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Observo reflejándose la luna
en tu descalza espalda,
ella enseña la faz velada.
La ansiada poesía.
Observo reflejándose la luna
en tu descalza espalda,
ella enseña la faz velada.
La ansiada poesía.
En tu hemisferio las pupilas abren
miradas que se esquivan timoratas
y un eco, en silencio, corta la noche.
miradas que se esquivan timoratas
y un eco, en silencio, corta la noche.
Esplende en tu sonrisa la beldad.
Un suspiro rasga el ancho vacío
y un respingo se escapa.
y un respingo se escapa.
Sube al cielo del corazón
el reflejo de la luna en tu envés.
el reflejo de la luna en tu envés.
En mis ojos tus luceros irradian
la verdad arcana que tanto ansío
y que mi tacto ávido de certeza,
en lánguida levedad y deseo,
roza con mis dedos tu atildado dorso.
Los labios son espuma que rompe
en la orilla el misterio en su oleaje.
Nadan los peces entre las algas
la geometría del terso fluir.
Entre las rocas nuestros pies ausentan
en sus huellas la obesa gravidez.
en la orilla el misterio en su oleaje.
Nadan los peces entre las algas
la geometría del terso fluir.
Entre las rocas nuestros pies ausentan
en sus huellas la obesa gravidez.
Gravidez que nos enlaza al destino
de los bustos en un perfecto eclipse.
de los bustos en un perfecto eclipse.