Se mastica a dentelladas la basura
en papel embolicada ceniciento
y se muestra con total convencimiento
la importancia de ingerir con falseada dentadura.
Exhibida la regísima armadura
se la ajustan sin prudencia en un momento
y suspira blanquecino el firmamento
con sonriso de la heráldica montura.
En la luna, en melancólica sombría,
la sonrisa se dibuja por los sabios
esplendentes en su baile las estrellas.
Jactanciosos de tener sabiduría
enseñando los marfiles en sus labios
a los tordos los confunden con tordellas.