23 julio 2014

AMY WINEHOUSE. WAKE UP ALONE




photo credit: ohskylab via photopin cc


Hoy hace cuatro años que falleció una de las más grandes cantantes en habla inglesa. Aquí dejo una glosa sobre Amy Winehouse que hice para Cajón Desastre en 2011. 


WAKE UP ALONE

Alguien dijo que con perspectiva las cosas se ven de otra manera muy diferente, así pues una vez que ha transcurrido un verano entero para tomar distancias, voy a versar sobre una cantante que se fue este mes de julio sin que pueda uno llevarse fácilmente por el amor o el odio, que siempre son la cara de la misma moneda, sino desde la indiferencia sana y distante poder invitarles a ustedes a esta humilde glosa de una de las mejores voces que la música pop nos ha dado. 



Amy Winehouse tenía en su genes un don extraordinario para componer y cantar, ella sola parecía la versión hebrea de Venus sobre el escenario, y no es broma, si alguien se molesta en buscar en esa enciclopedia visual y sonora llamada Youtube podrá comprobar la belleza semítica de la cantante inglesa cuando, ¡ay!, interpretaba ante el público sus temas con ese peinado beehive y sus atuendos sencillos y elegantes, y también dicho sea de paso, versoneaba temas ajenos con sumo gusto y delicada presencia; pero, claro, alguien con razón podrá objetar que para gustos colores..., pero como quien escribe aquí soy yo me van a permitir la licencia de glosar las virtudes de la fenecida aunque pueda parecerles a ustedes perverso o, como poco, extravagante, además de confesar que con el tiempo a mí me gusta más una morena que un millón de rubias, nobody´s perfect.

La Srta Winehouse (sí su apellido ya nos va dando pistas, si hacemos una traducción literal del mismo, sobre el personaje), nació en el seno de una familia judía en la Pérfida Albión. Y no es baladí la cita, primero porque para quienes gusten de la lectura de Freud reforzará sus convicciones el fatal desenlace de esta contralto - mezzosoprano - que bordaba la interpretación del soul, el jazz, incluso el ska; y en segundo lugar para quienes prefieran a Jung (a mí me seduce más éste que el primero), verán en la trayectoria de Amy Winehouse arquetipos de todo tipo sobresaliendo el dionisíaco; a nadie se le escapa que mucha gente recordará a esta cantante como paradigma, un tanto forzado, del uso y abuso de sustancias legales e ilegales así como de cierta propensión al exceso y a la auto destrucción. Pero no nos quedemos con el traje hipócrita que se le hizo a esta singular artista por su propensión reiterada al lado oscuro: quienes la conocieron bien dicen de ella que era generosa y muy simpática, incluso más que otras estrellas que cubrieron el firmamento de la fama y las portadas (no solo se pagaba sus vicios sino también los de los demás en un claro ejercicio socializador y desprendido de lo etílico y lo heroinómano). 

Con solo dos discos conquistó el aplauso unánime del público y de la crítica, no en vano consiguió 5 premios Grammys, anteriormente ya había obtenido un Brit Award por «Back to Black» un disco redondo donde los haya, y no es coña, no sabría decir cual es mi canción preferida del mismo pero sí me mojaré y diré que la interpretación de uno de los temas de esa álbum y que da título a este panegírico, a mí me tiene encandilado (en youtube lo encontré por casualidad), no solo por la interpretación del mismo que hacia la finada sino por la letra tan contundente y sincera que da sentido a esa bonita canción tan cruda y tan exquisitamente y claramente sentimental. Amy Winehouse cantaba sobre sí misma, sobre sus borracheras, sus sentimientos, sus experiencias, su soledad acompañada, sus colocones, sus salidas nocturnas, sus sueños e intimidades con suma crudeza que rallaba lo soez y al mismo tiempo lo sublime (la canción que da título al disco aquí mencionado es buena prueba de ello).

Desgraciadamente forma ya parte de ese club que ha venido en llamarse de los 27. Con esa edad también nos dejaron entre otros: Hendrix, Morrison y Cobain, y con la misma cronología Amy se despertó sola durmiendo el sueño de los justos víctima de un ataque al corazón según la autopsia o fruto de sus excesos según el imaginario colectivo. Amy nos ha dejado el legado de un puñado de buenas canciones y momentos inolvidables en los escenarios cuando, borracha y orgullosa, no escondía sus gustos más tóxicos desde esa pose frágil y sensual que a mí aún me sigue conmoviendo, en una puesta en escena atractiva y elegante donde lo racial de sus rasgos conjuntaba a la perfección con una interpretación adusta y soberbia de sus temas. 

...and I Wake Up alone.