24 junio 2024

AMÉN



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He quemado doblado un papel
con tu nombre escrito dentro
inquiriendo un deseo íntimo 
e intenso, como un arroyo 
sorteando el desnivel
donde en su fin el estero se renueva
balanceándose, 
y una nívea imagen
cubre como una sábana
su superficie legando el sonido
que endulza los sentidos.

He quemado doblado un papel 
esperando que recibas en tus sueños 
mi deseo escrito en cursiva,
honrando cada letra de tu nombre,
adorando su noble significado,
rogando con las lágrimas 
de la emoción 
encontrarte cada día 
y reverenciar tu persona,
acariciando tu figura con la sinceridad 
del sentimiento, las obras y la palabra.

He quemado doblado un papel
sin la esperanza de un anhelo 
que busca en silencio 
saber acercarme a tu afán, 
aspiración, a tu deseo
y encontrarnos sin el peso
del ahora, 
de ese camino que nos precede, 
y como el rosal
ofrecernos el tierno aroma,
esa belleza del aquí y del ahora,
ese regalo en que el camino 
entrelace nuestras manos
y, mirándonos a los ojos,
nos reconozcamos cada instante 
preciso, preciado y precioso 
donde nuestros nombres sean uno solo.

He quemado doblado un papel 
con fé, sin esperar nada,
con la confitura de aceptar la realidad,
sin mácula y sin esperanza, 
sin dar nada por hecho, 
haciendo exquisito juntar 
nuestros pasos y juntar el alma
con el compromiso 
del deleite del respeto,
con el caramelo 
de lo que dicen las miradas
sin decir los labios nada, 
de sentir la compañía 
que cubra nuestro sueño 
de madrugada, 
bailar los días como amapolas
y ser estrellas en la noche que envidien
el Sol y la Luna, la Calígine y la Aurora.