31 mayo 2014

MILEY CYRUS. EL LADO NADA OSCURO DE HANNAH MONTANA.








En verdad deseo que por favor te disculpes conmigo y con Amanda Bynes por haber perpetuado abuso en ambas en terrenos en los que Amanda ha tenido problemas de salud mentales y que yo experimenté deseos compulsivos por suicidarme, y fui completamente abierta en buscar ayuda para salvar mi vida

... ...

En tu país, el suicidio es la segunda causa de muerte entre las personas de 25 a 34 años de edad. Muchas de estas muertes no ocurrirían de no ser por los abusos psicológicos y las bromas relacionadas (y mal informadas) con los problemas de salud mentales.

Sinead O'Connor en una Carta dirigida a Miley Cyrus


Desde que se estrenó en 2006 la serie «Hannah Montana» fue un exitazo. La serie catapultó como estrella adolescente a Miley Cyrus, hija del cantante country Billy Ray Cyrus. Hannah Montana tenía un argumento nada sesudo: Billy Ray y su hija Miley  interpretaban lo que son en la vida real. El apellido Cyrus era sustituido por el de Stewart. Ella por las noches gracias a una peluca rubia se transformaba en Hannah Montana, una estrella rock.

Miley Cyrus/Stewart/Hannah Montana tenía 13 años cuando se estrenó la serie de Dysney. El primer capítulo fue seguido por cinco millones de personas. La serie acabó en 2011. El merchandising generado rebasó lo imaginable. Hasta la propia Miley reconoció que le resultaba chocante ver cepillos de dientes de Hannah Montana.

La serie tuvo su película, "Hannah Montana: The Movie". En ella el personaje de Miley/Hannah plantea desvelar su secreto, que recordemos, se escondía tras una peluca rubia. Conforme crecía una transformación se iba fraguando en su persona. El crecimiento personal consiste en cambios de todo tipo. La Cyrus no iba a ser una excepción.

Una actuación en el Rock in Rio hizo sonar las alarmas. La adolescente Miley subió al escenario con tacones y un vestido algo ajustado. Aquello fue una decepción para muchos niños. La encarnación del mal ejemplo se cernía sobre la idolatrada estrella. Dudo mucho que la niñez sea la etapa en nuestras vidas donde se elaboran juicios morales, lo que me da que pensar que era cosa de adultos lo de la decepción y el juicio a la artista juvenil.

Miley/Hannah bien podría, en las calenturientas mentes de sus críticos, ser la reencarnación de la pecaminosa Eva: la mujer que habla el mismo lenguaje que las víboras y siempre está presta a dar manzanas que provoquen la expulsión de la Humanidad del Paraíso. O eso es lo que se desprende del Libro del Génesis. ¿Cómo no explicar, entonces, que la mujer tenga que ser apaleada cuando le plazca al Dios de sus entretelas? ¿Cuantas mujeres tienen que seguir recibiendo correctivos de sus padres y parejas? ¿El Amor es lo que tiene: un par de hostias y una disculpa en forma de moratón o de consumación del matrimonio?. Así es como lo practican los malnacidos.

El amor al personaje de Hannah Montana estaba mudando en el dedo que señala a Miley Cyrus. Había que salvar a Hannah de las garras de la Cyrus. Había que desapegarlas, desengancharlas. Los pobres niños estaban traumatizados con la imagen de su idolatrada Hannah en el Rock in Rio (así lo narraba el diario El Mundo el 07/10/2010: Miles de niñas miraban con la boca abierta, más o menos igual que sus padres, como la chica que mató a Hannah Montana se restregaba con el escenario embutida en un minúsculo body que dejaba el 50% de pechos y glúteos al aire...).

Alguien les había contado a los infantiles fans de Hannah Montana que los Reyes Magos son los padres, que Hannah Montana era un personaje de ficción y no la brillante estrella que los guiaba a Belén.

Esto es lo que una de sus «fans» dejó escrito (está en la Wikipedia): Miley Cyrus, ha hecho varias películas, la ultima cancion y Hannah Montana entre todas ellas. La verdad es que a mi me encantaba Miley, y queria ser como ella, pero todo cambio cuando para mi sorpresa vi su espectaculo entero por la television, el de rock in rio. Muchos niños perdieron la ilusión después de ello, pues se la esperaban como Hannah Montana, cn su peluca y deacubrieron a Hannah, vestida con unos taconazos enormes y un vestido, que para gusto de algunos era demasiado corto y escotado. Desde entonces yo y muchos otros hemos perdido algun interes por ella, eso no significa que sea guapa, atrevida o que cante bien.

El que ha escrito esto no conoce el idioma español --Manuman333 (discusión) 16:40 24 mar 2013 (UTC)

Ya comenzaba a caer en desgracia la popular Cyrus. Algo iba a ocurrir tarde o temprano y no era, precisamente, un más que considerable corte de pelo.

Coincidiendo con el estreno de la cuarta temporada el ritmo de trabajo de la Cyrus era flipante: conciertos, películas, edición de su tercer disco y rodaje de capítulos de la serie. Además ya se había echado un noviete que le duró dos años: uno de los Jonas Brothers. Nick Jonas. Ahí es nada. La Cyrus dijo en una entrevista que fue amor a primera vista; se conocieron y, ¡tachan!, se hicieron novios. El amor había triunfado. Una flecha menos había en la aljaba de Cupido.

"No puedo basar mi carrera en (los espectadores) de seis años" confesó Miley Cyrus. El comienzo del fin de Hannah Montana había llegado. La actriz había tomado conciencia de quien quería ser. Tenía el ejemplo de su admirada Britney Spears, quien se pegó, recordemos, un morreo de oro con la otrora icono del pop Madonna. Parecía que aquel beso entre las dos estrellas a punto de estrellarse predijera la ruptura entre la Cyrus y la Montana. Nunca ha habido mejor despedida que aquella que es sellada en un húmedo ósculo.

Tras finalizar la serie que le catapultó al estrellato la Cyrus tuvo dos años de éxitos: 2011 y 2012. Las recaudaciones fueron millonarias. En septiembre de 2012 rompió con el actor, y guaperas, Liam Hemsworth. Un proyecto de boda, con pedrusco de quilates por medio, se había ido al traste.

2013 iba a ser el año en que una rutilante Cyrus iba a dar mucho más que hablar. Fue el año del estreno del disco Bangerz. Una Cyrus muy sexual emergía cual espuma de la fruta prohibida de Venus. Una imagen andrógina, poses, fotos sacando la lengua y provocaciones varias han mutado, parece, a la mutante Miley/Hanna Montana.

Este año es el de la gira Bangerz Tour. Esta mañana mientras iba al trabajo me he encontrado con los carteles anunciando el paso de nuestra provocadora cantante por Madrid este mes de junio. Me ha venido una imagen de la Cyrus en un concierto montando sobre un pene. Enseguida una canción de Los Enemigos llamada "John Wayne" venía a mi mente, mejor dicho, uno de sus versos: ¿qué es lo que montas tu?

He llegado a la conclusión que la imagen provocadora de la Cyrus, con sus posturas, sacando la lengua, su delgadez y la adopción de lo andrógino y lo explícito no es más que Hannah Montana pergeñando una ruptura con el cordón umbilical que, aún en el imaginario de muchos adolescentes, le ata a un personaje que superó cualquier ficción.

El otro día recordaba con un amigo, Javi, a Johny Weissmuller, el actor que protagonizó infinidad de películas en las que interpretaba al rey de la selva Tarzán. El actor se creyó a su personaje y murió creyendo que era el mismo Tarzán. La Cyrus llegó al estrellato interpretándose a si misma. Miley interpretaba a Miley. Miley se ponía una peluca rubia y se convertía en una estrella del rock llamada Hannah Montana. Hannah Montana era el alter ego de una adoslencente que actuaba y se interpretaba a si misma. La Banda Sonora de la Serie no la firma Miley Cyrus. Lo hace Hannah Montana. ¿No es para volverse loco?

La Cyrus, empero, no está loca. Tal vez esté rota como el personaje que se tiraba por una ventana en aquella canción de los inefables Ilegales. La Cyrus nos está diciendo, sin más, que aún no ha roto con Hanna Montana. Nada parece lo que es por mucho que se esfuerce la susodicha en mostrarnos lo provocativa que es. Más que serlo, lo está en apariencia. Es una pose. Una gamberrada. 

Para mi que la Cyrus necesita descreerse de Hannah Montana. Sinceramente siento cierta lástima por ella. Ni el éxito, ni el dinero conllevan la estabilidad. No piensen que me sienta mejor que ella. No. Ni ella es mejor que nadie. Considero que su éxito será efímero como el de la caída en desgracia, su admirada Britney Spears. Lo que venga después será flotar andando sin sentir su propio peso. O lo que Milan Kundera describió como la insoportable levedad del ser.