11 agosto 2019

OLAS Y ÁLAMOS


Olas como alondras,
entre espuma
volando estáticas, lívidas.

Nívea espuma emergiendo
rizandose en si
nada anodina.

Nada sola
y se ensimisma
como un álamo
inerme de enigmática figura.

Pío e impetrante
álamo erguido 
mirando al cielo,
ávido de Dios, 
larga vida
en fértil tierra arraigado.

Verdes hojas, altos brazos,
quedas vigías,
edénica actitud
rezando la via señalada,
senda trazada en sus troncos.

28 julio 2019

EL AROMA DE LA MAÑANA




Amanece y el velo oscuro
de la noche se sacude 
en el compás
sonoro de las olas, flemático.

Meciendose la boya
se asoma titilante al claro día.

E impertérrita la palmera
apunta al centro del cielo,
y la lenta nao
se escurre entre espuma
y aroma a mar del albor.




27 julio 2019

LA INCESANTE ONDA





Mueve el viento la preclara mañana,
amanecer que en su luz es faro
cada día, tras la noche;
y se hace vela que circunda
el cielo oscuro.

Y es la ola melodía
rompiendo el recato
que vela lo aparente.

Y es reloj el bravo ponto
apuntalando el tiempo
efímero y eterno y lineal,
sin pausa hacia lo inevitable.















15 marzo 2019

LA SESGADA IMPRUDENCIA



Sin lugar a duda
el empujado atrevimiento,
deseo íntimo 
y efecto no causado, 
abrió la puerta del no eco, 
del acallado verbo,
del sordo y mudo silencio, 
de días ya pasados:
pretérito perfecto, 
sueño no soñado.

Tan cierto es el silencio 
como el recuerdo
de tan efímero atrevimiento,
de creer convencido 
escuchar lo querido por querer ser escuchado, 
como cuando roza el viento el bosque 
y su sonido deviene en memoria
de algo que no son hojas, ramas, árbol,
ni tupida foresta
mecida suavemente 
por un soplo invisible.
Y un deja vu
nos transporta al no lugar, 
al no ser,
al puro teatro del engaño.

Hay que convenir
la evidencia invisible,
por ciega, 
y la obcecada cegada ensoñación:
querer aquello que se quiere querer
sin saber medir, 
sin saber ubicar ni ordenar
y, así, dejarse llevar 
por la ciega y sesgada imprudencia.