02 mayo 2014

JUGANDO CON EL TIEMPO





(Percepción de la "La Máquina del Tiempo" de H. G. Wells con las melodías de "La Máquina del Tiempo" de David Bazo y las imágenes de la película "La Máquina del Tiempo" de 1960 y su "remake" de 2002.)


Un buen anfitrión no hace esperar a sus invitados por más que la puntualidad es una mera cuestión de tiempo y éste sea, en aparencia, inamovible; se sucede a si mismo, avanza sin solución de volver atrás. Tan solo la osadía de querer corregir el rumbo nos delata ante la paradoja del destino que estuvo escrito. Solo los sueños nos empujan al futuro y las tragedias nos transportan al pasado sin solución posible para deshacer los nudos. El tiempo sana, o la distancia; el presente es enfermizo o lo somos nosotros en nuestra mortalidad; el futuro es aquel que los hijos de los hombres hayan planeado. Nuestra herencia es una inscripción con el nombre de un antepasado o un reloj de bolsillo que nos fue dado por un recuerdo que se desvanece conforme pasa el tiempo.

Me deshice de las ataduras, del recuerdo que colgaba ante mis ojos por mucho que quisiera asirlo entre mis manos, del subjetivo confort y de la comodidad del hogar. Una sucesión de momentos pasaban ante mis ojos, hasta el mismo maniquí impertérrito mudaba en temporadas que se superponían ante mis ojos. La noche y el día se difuminaban sin poder mirar lo que atrás dejaba. La curiosidad hizo que parara y, como un dios ajeno, caminara por el futuro que tus ojos no podrán ver. Me dispuse a andar, expectante de lo que el mañana me ofrecía, observando a las gentes que deambulaban y, oteando en el cielo abierto los ingenios que volaban hasta alejarse más allá de las estrellas, decidí volver a la máquina y fundirme en ella en un viaje hacia lo desconocido esperando comprender el sentido de nuestras vidas.

Al final del solitario camino busqué la compañía de otros seres deseando compartir lo que vi. La corriente nos lleva lejos y mientras ellos miraban el fatal destino me lancé al mar en un claro acto de humanidad. ¿Es el amor al prójimo lo que nos empuja a sortear los peligros o es nuestra naturaleza consciente la que nos lleva a salvar a quién está a merced de su suerte?

Ajenos al bosque placían alegremente sin estar encadenados al trabajo. Era un hermoso final para una Historia repleta de luchas, guerras y sufrimientos vanos.

Las mariposas revoloteaban mientras asía al naufrago entres mis brazos y lo cubrí con mis vestiduras para protegerlo del frío aliento del abismo que entumecía sus sentidos. Una mirada de compasión se cruzó con el agradecimiento y la sorpresa de quien sin pedirlo se sentía a salvo.

A lo lejos la sala estaba dispuesta, entre ruinas, al festín pero comprendí que nada era gratuito. El mismo hijo del hombre que disponía la ambrosía en los paladares no hacía más que preparar el banquete a costa de sus hermanos. Caía la noche y un manto de sirenas llamaba al averno a las felices mariposas que volaban para ser devoradas por ojos de estrellas que temían al Sol y se escondían en un firmamento donde colgaba la luna rota que la ciencia y el progreso habían difuminado buscando enriquecer el alma olvidada de los mortales.

http://www.reverbnation.com/davidbazo/song/13059564