Hija del arquitecto, solitaria,
embadurnada de la brisa
que se escampa en la orilla,
el rocío se espesa en tus hebras rizadas.
Ideas con las algas un palacio
rodeado por algaba que planeas
de arenal de la serranía yerma
con las conchas de crustáceos y párvulos guijarros
(allanados chinarros por la sal marinera:
piedritas alisadas y trozos de ladrillo
fermentados con cariño
por el viento y la marea).
Tu plomada de estrella de mar
un arco con la línea señala y delineas con compás
tu fantástica aliseda.
Al hacerse sentir los alisios de cerca
construyes un refugio en tu zaguán.
Hija del arquitecto que al amor te sujetas,
igual que a la roca la lapa,
igual que raíz a la tierra,
en tu orilla plateas oleaje esmeralda.