Alauda

17 agosto 2025

Confesión II




El mar es lago, balsa, está pacífico,

lo mismo que una sábana estirada

encima de una cama bien tendida.


Rebotan en el agua los rayos del Sol,

regurgita su ruido el autobús

mientras paso al costado del olivo

cubierto por su nube

envuelto con la seda de la brisa.

Se acompasa mi sombra con mis pasos

y sueño con cruzarme con Ana en el paseo.


Me detengo observando el horizonte.

Por un momento escucho yo el silencio.

Muy sincera se esboza mi sonrisa.

Las ráfagas del cielo se difuman.


Tantas horas perdidas dejo atrás

en parques que la noche regaló

sin ocasión de ver amanecer

día alguno con quien perdón pidió.


Está la mar en calma.

Retomo mi camino

aromando vapores de salitre

que la mar me regala bondadosa.









 

La tarde que cae

                              Imagen de Freepik La sobremesa agita el oleaje, se ha levantado viento de levante y cerca de la orilla con un ...