Que tan bella es la flor de la cayena,
cinesia limpia, amapola pulida.
Es rosa, blanca, carmesí y galana.
Flor de Jamaica, el hipotenso hibisco,
de Morfeo consorte, sus colores
calma las almas y agrada a la vista.
Ágrafa, muda y sorda contonea,
colora mi ánimo su estampa fina.
El céfiro acaricia pulcra línea.
Campos verdean, en color se agita
con tintada ambrosía de arcoíris
y el alma calma bella regalía.
Con hoja ovada o bráctea afilada
quíntuple viste en la corola el pétalo
bellísima rosella, rosa china.
© Joan Francesc Vivancos Gallego