Mi hermana, mi amiga,
a quien veo cada vez
que gira el mundo
cientos de veces sobre su eje.
Tan poco…
Ella ha cuidado el jardín
en el que vuelven a nacer flores
y llueven primaveras anunciando la arribada
de un nuevo gozo en forma de pétalo,
de semilla, de sonrisa que dibuja cada amanecer,
cada anochecer, cada momento
cada anochecer, cada momento
en que el Sol apunta alto
y la brisa mece los plataneros que nos acompañan
y la brisa mece los plataneros que nos acompañan
desde que dijimos las primeras vocales: dos aes.
Mi hermana, mi amiga.
Mi hermana, mi amiga.