Las glorias que bajan del cielo
entre las nubes las avisto,
nubíferas con blanco velo
que algunos soles nunca han visto.
La luga desvela el misterio,
benévola enciende el candil,
aluza espacioso hemisferio
desde Pekín a Guayaquil.
Eolo suspira a la umbría,
brilla el Sol fulgente encuerado,
su resplandor es alegría,
de nubes el cielo es librado.
Bajaron las glorias del cielo,
con mimos sedosos que amantan
la piel, la faz y el triste duelo,
que a canas nubes atarantan.