16 mayo 2024

EN EL LAGO ABSORTO

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Al lado del lago sumido 
en pensamientos 
íntimos, distantes, 
acorazado del ritmo 
que golpea un silencio
absorto, introvertido y ausente.

Sin esperar nada, 
sin recibir todo,
silente, converso
conmigo mismo
ajeno a las ajenas voces.

Y mientras absorbo la gélida 
brisa vespertina, su frío eco 
me lleva a la noche
que acuna miles de estrellas flotando escondidas,
tan recónditas, tras el azul manto
que cae impaciente ante mis ojos.







ESCONDIDA



Cuando la noche 
se acerca lívida, sin avisar,
mis dedos van dibujando 
tu nombre sin tocarlo.

Tan mudo es mi grito en silencio
que aún te busca allí;
tienta y palpa cual cadente nota
que evoca cada sonido
fiel a tu vasto nombre.

Ágil te adentras tras una tupida foresta
donde escondes mil secretos,
y te imagino acurrucada
resguardada de las voces.

Sin luz en el candil
te busco en toda silueta
que se mueve.

EL ACABADO ALFABETO




De la luna desliza la luz
la lívida línea que bifurca
el claroscuro límite 
donde levitan los pensamientos.

Destellos de noche,
esquirlas de estrellas,
y alargados cometas
alumbran la oscura manta,
rozando sin tocar,
cada voz muda insoportable
que clama silencios
en el gélido desierto de la noche.

Sale del hondo torso 
una perfecta vocal,
hecha negro eco,
en la bóveda que esconde
el alma del acabado alfabeto. 

SIN PÓCIMAS






Mis dedos no se conforman con esta deformidad 
que esculpe mi enojo tan negro,
una noche que se cierra, 
perdiéndose la vista en un vacío aljibe
lleno de alegrías y de tristezas.

Solo con el ojo puesto en las estrellas 
que se han ido de un horizonte tan baldío,
como una yerma tierra, 
me llegan tus hurras 
de hechicera, 
sin pócimas
y con salves lisonjeras.

Allí no hay Dios, 
ni tan solo su idea,
aunque muy despacito cubierta de nieve y frío
ya se asoma la primavera.

¡Cómo se entretejen
las aleluyas con las penas!

¡Cómo gritan los arbustos
tu nombre con sus letras!

¡Cómo cae al vacío
lo pretérito y lo divino!

¡Cómo se agrieta el alma
con el más cruel de los destinos!

Y así
pasito a pasito
nace del almendro
una flor...



LO SOPORTABLE





Es soportable esta pesadez del estar

pues sé que las horas no son eternas,

que dejarán de visitarme las mañanas

cada día para volverse la noche

lívido velo sobre mis cerrados ojos.



Es soportable saber que algún día

me iré sin despedirme,

sin molestar con mis prisas a nadie,

sin esta lenta agonía de vivir esperando la muerte.



Es soportable olvidar lo que recordar nunca quise

y echar de mi vida tantas anécdotas

que se tornaron desvaríos.



Es soportable ver marchitar la belleza que fui

como la flor ajada en estiércol de recuerdos.



Es una bendición decirte adiós sin despedirme.









ALEGORÍA







Si hubiera de definir el silencio
recurriría a la alegoría de tu figura.


Si hubiera de acotar las horas
lo haría mudo para ser testimonio
de la sonrisa que nunca me dedicas.


Si hubiera de elegir
me quedaría a orillas del mar
oliendo olas cegado por lo imponderable.


Si hubiera de volver del revés 
el mundo haría un barco
de papel donde arrojaría la indiferencia.


Si hubiera de saltar desde lo alto
me apartaría para volver a ser mecido entre las olas.


Si hubiera un tiempo nuestro
sabría que no desperté de un sueño roto.


Si hubiera querido olvidar
pintaría de noche las ventanas.


Si hubiera de mirar atrás me negaría
y seguiría dibujando huellas por la arena.


Si hubiera de pintar tus labios
me sumergiría en lo vasto de nombre.










SU SUTIL MIMO








Suavemente se desliza

cubriendo la orilla la ola

y el sol mi faz arrebola

y mis ojos hipnotiza,

siento la piel que se eriza

por la brisa que me envuelve

sintiendo que al fin me absuelve

de la noche y de su sombra,

su sutil mimo me asombra

y al calmo mar me devuelve.






ACOMPASANDO



photo credit: Granado via photopin (license)






Si fuera cierto el verso de tu voz
que alcanza en las palabras mi alabanza,
correría hacia ti mi amor veloz.

Sería rayo, la luz que te alcanza,
y nuestros labios de forma precoz
sellarían amor con una lanza.

Hincando nuestras almas en la danza.

Acompasando la flor tu grana hoz.




STARMAN


photo credit: STARMAN via photopin (license)


Píldoras de proteínas
vagan sin trayecto
en el infinito
camino del espacio.

La última transmisión del mayor Tom
dejó al mundo bailando una performance.

Sin pinturas de combate
él flotó amortajando el vano destino.

Lástima que la vida sea una puta que nos paga
por una mamada mandarinas amargas
escupiendo semillas de amor en el leve limbo.

¡Oh mi dulce Stardust!
anunciaste la muerte
con lágrimas en tu flequillo,
que es un agujero negro
que te aleja del honor a la depresión,
zanjando la fama
en un orinal en los bajos de tu cama.

- Nacemos de pie, me dijo la araña,
y morimos sentados en el lavabo
mirando nuestras huellas
y maldiciendo cada Sol
que se escondió dejando al atardecer
dando paso al negro frío
que engulle voraz a los hijos de los hombres
tristes y solos.

¡Oh nena! encendiste la tele
y me viste en el Canal 2
y sabes que nos quedan
cinco años para suspirar
siendo invasores del espacio, encanto.

¿Dónde estamos ahora?

Estamos siendo comidos por los fanáticos
ávidos de la energía del rock and roll suicida
mientras Jacques Brel nos canta Ne me quitte pas.

Lo siento nena,
debía llamar a alguien y te elegí a ti.


DEP





HAS RENDIDO TU VIDA






Llegan los señores de azul, 
con la noche, escondidos
entre sombras.

Llegan para llevarte lejos 
sacando desde dentro contigo los días, 
los años que han pasado
como un fugaz pensamiento, 
como una salva de aire helado, 
como un fino corte que rasga la piel.

Llegan avisando, y sin tiempo, 
para recoger la nada
que se amontona en el pasillo 
vacío, igual que una torre
de periódicos viejos amarillentos, 
hundes tus cansados pies
en la arena dejándote 
llevar como un reo al cadalso.

Llegan y no te has 
mesado los cabellos.

No te has despertado 
aún de este mal sueño.

No has cogido las bolsas. 

No guardaste las pinturas
que se acabaron hace mucho, 
cuando al salir el Sol
desayunabas un triste vaso 
de agua con mucha desesperación,
y corrías buscando lo que a otros sobraba 
para que tu papá llenara su hambre 
contigo, mientras perdías la vista
buscando algún recuerdo 
donde esconderte de esta miseria.

Han llegado, y sin poder subir
los 44 escalones 
has rendido tu vida,
esa que no tenías.



EL DIVINO DESTINO






Dios se hizo pústula

y esculpió el aliento con sus manos.



Dios bajó del Cielo

y pintó de nubes la perpetua edad.



Dios legó en la orilla

la mortalidad que baña nuestros pasos

y donó la vejez a lo efímero.



Dios se mofó de nosotros

y pasó de largo dejando la tormenta.



Dios se fue

y murió en nuestro intelecto

y su herencia es una torre de babel

donde nadie entiende a nadie.



Dios ascendió a su nube gris

y rezumó la lluvia ácida

que abrasa eterna

las finitas almas.



Y deshojó el amor
 
en mil embustes.




VOLANDO NUBES





photo credit: Clouds via photopin (license)

Ese día
miraré tus ojos,
diré te amo 
muy calmo, 
convencido
de las palabras 
que me regales.

El día 
que las manos 
se besen
como se besan
los labios,
nacerá
del paladar
un mar, 
un océano
que una nuestro
archipiélago 
de deseo,
de amor sano, 
hermoso,
pintando 
de sonrisas
los ojos
que se reconocen
cantando un salmo,
creciendo juntos
como un álamo 
tocando el cielo.

El día que 
caminemos juntos
por los montes 
y sus veredas,
por los caminos
de los pastores
que guían las estrellas, seremos firmamento
enamorado bailando, 
tomando el desayuno
frío de los sábados 
y el café caliente
que sonríe 
en su aroma. 

El día que seamos un nudo de abrazos,
desataremos los lazos 
que nos ataron 
a la desdicha,
el desamor 
y la tristeza. 

Seremos libres
de volar como los pájaros, 
abatiendo alas,
y acabar posándonos
en la rama del querer,
del amor, 
de la entrega 
sin condición.

Seremos bastón
cuando caigan 
nuestros años,
bastión, 
corazón que va latiendo 
muy despacio
esperando en un adiós
esperar a vernos
y,  escondidos 
entre las aves, 
volar nubes,
condensar el espacio, 
crear un mar
donde more 
la memoria eterna
que sellaron nuestros labios.




DESNUDO


photo credit: Back via photopin (license)





Un vestido verde cubría tu desnudez
guardando tus senos de mi ojos
y miraba tu lacio pelo
callando.

Perseguía con la mirada

tu espalda tatuada en vértebras
y se posaba tu omoplato en mi retina.

Soñaba con tenerte

y te fuiste en un suspiro.

Pienso tanto en ti...

Se borró el vestido verde

que cubría el mapa de tu pubis
y dibujé en el silencio tus escasos hombros.
















 





      




   


MI FE EN TI



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No tengo fe en ti
aunque creas primaveras
multiplicando peces
en tus dedos 
que son redes, aunque transmutas 
en vino el agua donde se ahogan 
las plegarías que recito ante tu altar,
altar que hago
en cada salmo
de tu frente.

No tengo fe en ti,
aunque doblas el pañuelo
que empapas 
en jazmín igual que la brisa
meciendo la amapola.

No tengo fe en ti
cuando mis oraciones 
reverberan como un eco en la pared,
y no me escuchas
adorándote en silencio,
ni aun cumpliendo la penitencia
que me aleja de ti
como un cometa que no logra chocar
contra la Tierra.

No tengo fe en ti,
aunque caminas sobre las olas
y renaces, cual Venus empapada
en la espuma del deseo,
cada amanecer mirando
el espejo que te habla.

No tengo fe en ti,
aunque arranque
los papiros de mi piel,
aunque recite la luna llena,
aunque bautice el estanque
con la sangre de los justos
con la que mis entrañas
te hacen una ofrenda.

No creo en ti
porque conviertes
mariposas en ósculos
volando hacia ninguna parte.

No creo en ti,
aunque me hables ardiendo
en cada tabla de la ley.

No tengo fe
en tu desierto,
ni en tu festín de oasis
de santas intenciones,
de relojes sin cuerda
deteniendo el tiempo
que nos separa,
aun obrando el milagro
delineando una sonrisa
en cada mueca
de mi santa faz.

Mi santa faz escupe 
lágrimas de negras tintas 
ascendiendo a tus infiernos.

No tengo fe en ti,
ni aun abriendo
el firmamento,
ni aun acariciando
este tormento,
apócrifo testamento
que has creado para mi.

Aún quiero,
créeme,
te lo imploro,
tener fe en ti,
cuando mesas tu cabello
arrancando la maleza,
aunque sea por un momento,
que ha anegado tu jardín,
y aunque escapes como el viento
para que nada me lleve a ti.






DE PAPEL







Sonrisa recibida en un papel
como el mensaje que nada en la botella
sorteando las olas entre corrientes,
esperando que llegue a buen puerto el náufrago
entre silentes silencios sonando el mar un sonajero.

Peces que derivan sus agallas en el margen
y se deslizan entre manos
que no esperan ver un nuevo ciclo;
mientras tanto en la arena bebe y
achica mar la caracola.

Sonrisa que se eriza en horizonte
zurciendo cerca la distante lejanía.

Sonrisa que se ofrece en una arroba
y que hincha la preciada poesía de mar
en un papel.

Allende queda la sonora soledad
despidiendo al mediodía el alba.

Sonrisa de papel
recibiendo el verso
directo navegando
entre susurros.



A QUIEN ESPERA LA PRIMAVERA


photo credit: spring:on #3 via photopin (license)



Sigue solapada la espera tranquila
entre algodones de colores,
con la mirada perdida en el vacío
que engulle a sus hijos
como Crono cortando la generación
de su propia existencia.

Sigue en espera la venida
de una primavera a la que nadie
puede cortar en trozitos,
con la mirada extraviada
en porciones de tiempo
mientras las piernas
tiemblan al oír el vasto nombre.

¿Quién puede parar lo inevitable?
¿Quién quiere poner límites a lo posible?
¿Quién se revuelve en su tumba con gritos
enterrados en el abismo de la ausencia?

¿Dónde quedaron el sosiego y la paz?

Sin la paz del alma vuela como un orate
el verbo saltando zanjas como un guerrero
sorteando la muerte blandiendo la bayoneta.

Sin el sosiego las manos tiemblan
como las palabras que chocan entre si
tirando al muladar, entre despojos,
la coherencia del propio pensamiento.

Cada momento es un fragmento de tiempo
igual que la sonrisa que marca disonante
el tic-tac del reloj sin las manecillas del deseo. 


EN LA ACEDURA


photo credit: Acedia via photopin (license)



El cielo cae en su frente, y las olas,
pintando suaves naranjas el piélago,
dibujándole brisa y caracolas.
Así del agua nace su archipiélago.

Llega la noche y a nadie avisa, ella
se asienta y abre su bolso, y rebusca
entre las rimas del verso la mella
cerrando silencios en la burusca.

La espuma de sus dedos fija nubes
al firmamento, y en su grácil voz
mece algodones, dibuja querubes
y canta una dulce nana sovoz.

¿Qué más da que sea amor o locura?
Se que sin ti buceo en la acedura.





UN ADIÓS CON LA MIRADA




photo credit: PlayaBN via photopin (license)



Se mueve agitada la mar
muriéndose, en la orilla,
nívea su espuma.

Recula el piélago en la arena
y se vuelve a agitar rompiendo
en el malecón hervores con sus olas.

Mira la agitada palmera el norte
aventada por Noto
y se afirma su áspero
tronco a la greda en sus raíces.

Vuela la gavina buscando el refugio del Faro
que en la larga queda fija el rumbo
al navegante, en su bajel, a buen puerto.

Algodones grises
bajan a cargar en sus brazos
las lágrimas que besan en salitre las rocas
donde se aferran los moluscos y las algas.

Y cae el primer aguacero de la mañana,
emparejando el líquido elemento la tierra
con el Cielo. 

Y en mis ojos se difumina el horizonte
mientras la pluvia roza la árida arena.
Hay un adiós que fija en la memoria mi mirada.





NO HE PODIDO EVITAR




photo credit: Kiss Me via photopin (license)



No he podido evitar
mirar tu negro pelo,
la sombra que asoma
de tu cándido seno y el mentón
como un dios y las palabras
puro verso que de tu paladar se empujan.

No he podido evitar
buscarte con la mirada,
escudriñar el lóbulo y ver el aro
en forma de triángulo
del Gran Oriente y perderme
en el ritmo de tus labios,
carne ardiente.

No he podido evitar
rozar mi pelo con el tuyo,
respirar tu mismo aire
y claudicar ante ti. Me embeleso
en tu donaire soñando
que soy tuyo sin ser tú de mi.

No he podido evitar
confundir tu ternura,
corromper mi alma,
besar tu mejilla,
y aun así, lo tomas
con calma sin tener en cuenta
lo que no he podido evitar.






LA DULCE PAUTA







Hay una pauta
en la tormenta
que dibuja tu mirada.

Una línea traza las rejas
del pasado y tu rostro
magullado.

Es una escalera
de caracol sin fin,
una estación vacía
sin andén.

Hay amarga hiel que se infiltra
en tu verbo 
desbocado y no se acalla.

¿Saben los poemas
de amor
a una empalagosa
melaza con miel?

Umbrío páramo,
cien mil reveses
y aciagos pliegues
rizando el rizo
en las sábanas
de tu tálamo.



EL TARRO DE LAS ESENCIAS







Guardo en el tarro de las esencias

el dibujo de tus dedos 
abriendo el aire,

cada paso que dabas con el candil

de la mañana apoyaba tu mano 

la fe en mi hombro, tu credotu lealtad.


¿Te sorprende ser la rosa y la amapola?


¿Te confunde ser la víspera y el alba?


Sopla tu boca brisa del paladar en abierto oleaje,

rozan las arenas de tus pies mis pensamientos

que se estiran y se eclipsan con el iris de tus lunas,

saltan en mi orilla l
os luceros que abanican 

tus pestañas. Y se agita la pleamar

que inunda mi infausto médano.



Guardas, empero, en el frasco frágil 

la absurda miel que sala el gusto,

circundando el verbo con el alón

abatido en ponzoña del ángel caído.



No me extraña. Borraste 
donde te escondes 

la rúbrica del perdón, negando así el don amable 

que me ponga salvo y sano de este insano exilio.





LA SOMBRA DE DIOS









Surgen copiosas las sombras,

esquivas, eterno séquito,

rasgando su noche expectantes

quieren esconderse del día

en su azabachado velo.


Sombras inquietas,

tan solemnes, sin vida propia, 

solitarias, nómadas,

aceradas, testarudas, 

moviendo su contorno

en las paredes y en el camino

besando fielmente las huellas

del huésped delineando

su mudez en su oscura tez.



Sombras silentes y afónicas,

calladas, disimuladas,

asiendo los cuerpos

siendo almas errantes

esposadas a la vida

igual que la misma muerte.



Sombras que se escapan,

que bailan idas,

que se dividen y redoblan

en su sombría silueta.



¿Somos sombras

reflectadas a la tierra

en nuestra solemne opacidad?



¿Somos la sombra infinita en el Universo

que proyecta la tiritante mano

del umbrío, sordo, 

esclerótico y moribundo Dios?






LAS ALMAS TORCIDAS


photo credit: Piutus via photopin cc



Daba la borrosa noche
cobijo a las almas
que deambulan torcidas
asiéndose con sus hombros
a otros troncos igual de doblados
como un chicle
que se estira como pensamientos
que aburren la razón
y alimentan las emociones
que nos entierran sin ataúd
en un camposanto de marasmo
y repugnancia,
miran los faros satisfechos
en su calidad de goma que se masca
dulce hasta que se escupe
con el desprecio de la abulia.

Babas, vómito en el suelo,
gritos de pavos chicos
que enseñan su plumaje
con un iPhone
en la mano aburriendo
a las pavas chicas
sin abrevadero ni barra
a la que asir sus bolsos
de mercadillo de día de domingo.

Ellas
no van
a misa,
ni ellos
comulgan
al dios
de los gentiles.

Tuercen garabatos en las aceras
con sus zapatos doblando
las esquinas como una puerta
giratoria sobre su eje sin horizonte
con el solo vértice de las palabras
que babean saliva
y jarabe sin etiqueta.

Son chicles
que alargan
las noches
de octubre
rondando
en la nada
sin nada en los bolsillos,
con el buche vacío.





LA ANSIADA DESPEDIDA

 photo credit: Day 68 of 365 via photopin (license)



Adiós, sin decir nada,
durmiendo un dulce sueño
sin palabras y sin gestos,
sin expresión andando la senda
solitaria de un diciembre sonámbulo
dejando atrás el largo calendario.

Adiós sin acritud, sin sentido,
sin nada más ni menos que la despedida
solitaria, sin mirar atrás,
sin dejar marcado cada día,
sin pasado y sin futuro.

Adiós que no es un adiós
porque volverán a cruzar
las miradas la indiferencia de nuestras vidas
ajenas a las batallas sin causa,
a los conflictos que encierra el alma
y que asoman siendo rocío en la mejilla
o siendo las palabras un volcán en erupción.

Adiós que quiso ser vendaval
y quedó chico, en un silencio mudo.