En la delicadísima y serena
noche juntas se agolpan las estrellas,
se mantienen estáticas y bellas
en su retiradísima condena.
Con su desesperada ingravidez
se mantienen flotando en la espesura,
titilando me muestran la hermosura
de su centelleante brillantez.
Cada noche las busco, cada noche las miro.
Siempre que yo las busco, siempre encuentro un motivo.
Rondándome la muerte me hacen sentirme vivo.
Ya por lo mi encontrado, ya por lo que yo admiro
doy al Creador gracias por infinita bondad,
por la grandiosidad de perenne eternidad.