https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2025/06/13/tercera-gran-averia-meses-alta-118569412.html
Son retrasos que pasan. ¿A menudo?
¿De vez en cuando?
Y cuando pasa es lo que pasa
y ya ha pasado.
Con retraso alejados del destino
nos llevamos las horas que se pasan
esperando, esperando, el dictamen del fatum.
En esos momentos de espera encuentro
ese don de sonrisas, de gestos amables,
que compensan la larga espera.
Hacinados, sentados en el suelo,
andando, de pie inmóviles,
muchos nos apoyamos en una pared
o licuamos el humo del tabaco.
Son retrasos de trenes que no marchan,
que retrasan tantísimos horarios,
que conceden también el conocer
a personas que son excepcionales.
En las horas de los perdidos tiempos
estar acompañado se agradece,
el tener tendida la mano
que solventa, que ayuda y se incrimina.
Esperando, esperando, mirando los letreros,
cambiando los pasajes
o volviendo dejándolo para otro día
nos vamos alargando como estirada cuerda,
como un acordeón.
Es un hastío mirar los luminosos letreros
esperando el camino retomar.