29 junio 2014

OJOS DE BARRO





Hemos acabado 
de cavar las zanjas,
trincheras que se mueven 
en barro, ciénaga 
de exiguos amantes,
de disimulos 
con hambre,
comiéndonos a los muertos
que dejaron de respirar los días.

Hemos arrastrado 
nuestros cuerpos valientes, 
con mendrugos duros, 
con latas vacías, 
relamiendo mil sabores 
en nuestros labios secos 
encogiéndonos en lodo, 
rodeados de intrépidos, 
inertes sacrificios 
ungidos en memorias. 

Héroes.

En cada Partenón 
pieles que se rozan, 
los escuálidos mimos 
devienen en anhelos rotos 
por alambres de espino 
en cada herida abierta 
por desigual batalla, 
frente a frente,
cuerpo a cuerpo, 
cargando bayonetas 
de ósculos de metal 
sucio del cieno, 
que en cada adiós
más profundo,
el limo de tus ojos 
entierra a los audaces.

Y seguirá el centinela 
subiendo el montículo
de fango, o saliendo 
del charco con sus ropas
rotas en tu fiero cable.