01 mayo 2014

A BIRD OF THE AIR



las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.
Eclesiastés 10





A BIRD OF THE AIR

Esta es de las pocas películas que aún me hacen sonreír mucho tiempo después de haberla visto.

Basada en la novela «The Loop» de Joe Coomer, la vida ordenada y sin sorpresas de un trabajador solitario del turno de noche en una patrulla de "Asistencia en Carretera", toma un rumbo inesperado, con «leit motiv» incluido, al aparecer un verde loro en el remolque donde vive. El loro repite palabras y frases, siendo su frase «auto-afirmadora» más elocuente "I'm an Eagle".
 

Con la ayuda de una bibliotecaria extrovertida nuestro taciturno protagonista emprende la búsqueda de los orígenes del loro verde parlanchín. La aventura no siempre llevará donde los protagonistas preven y quieren, pero ese viaje les hará encontrarse a ellos mismos.

La película explota ciertos tópicos como el del chico difícil y la chica sociable que se embarcan en el conocimiento propio y del otro; el loro, y la búsqueda de su dueño, es un mcguffin verde, charlatán y con alas. Pero la originalidad del planteamiento (la aparición del loro verde desde el aire, volando, en el remolque donde habita un atormentado hombre) y las situaciones cómicas que provoca aquel y la inusual aventura en que se embarcan los protagonistas, nos va descubriendo una historia veraz con personajes muy creíbles
que sienten, por ejemplo, la decepción que supone el conocimiento real del otro contrariamente a la imagen ideal -romántica- que de aquel se tenía.
 
Tal vez la sencillez y la naturalidad del desarrollo de la historia y sus protagonistas (como contraposición al caotismo y las complejidades auto impuestas de nuestro mundo real) sean tan evidentes que se huele, se percibe un "deseado" y "deseable" happy end, al emprender -y comprender-  los personajes
un proyecto en común que parte del afán de un conocimiento inusual (de donde viene el loro, quien es su dueño). Mejor véanla si la encuentran.

A destacar el desparpajo del loro verde, la simpatía
natural y la inteligente naturalidad de Rachel Nichols, la sobriedad de Jackson Hurst y el ritmo ameno de una historia que hace sonreír. (Sin olvidarnos del perro de la protagonista, quien también tiene sus momentos de gloria).