24 diciembre 2016

FANTASMAS DE MADRID



“No hay fantasma ni espectro que no desaparezca al conjuro de una buena tranca” Padre Feijoo


“-No se espante ni piense que soy un fantasma. Si me considera un aparecido, puede estar seguro que no es más que una jugarreta de su fantasía. Después de todo, ¿qué es un fantasma? Vamos, déme una definición. Demuéstreme, por deducción o inducción, la posibilidad de un espectro. ¿En qué relación se encuentran una aparición semejante y el espíritu? Digo espíritu y nada más que espíritu.
Y a continuación el fantasma se enfrascó en un análisis del espíritu, citó la Crítica de la razón pura, de Kant, segunda parte, tomo segundo, capítulo tercero, amontonó los silogismos y acabó con la conclusión lógica de que él no era un aparecido.
Durante este tiempo, un sudor frío bañaba mi espalda, mis dientes castañeaban como dos castañuelas, mientras aprobaba vivamente, temblando como una hoja, todos los dichos de aquel fantasma que negaba la existencia de los fantasmas.
Finalmente, con un gesto habitual, introdujo la mano en su bolsillo para sacar el reloj.
En su lugar sacó un puñado de bullentes gusanos. Al darse cuenta de su error, los volvió a introducir en su bolsillo con ansiosa prisa, mientras se volvía a repertir:
“El espíritu es el principio...”
Un reloj dio la una de la madrugada y el fantasma desapareció.”


Heirinch Heine, “El doctor Saul Asher”.


Estas líneas no pretenden hacer una genealogía de los fantasmas ni de los espectros, tampoco es una crítica o transducción del ebook de Villarrubia, sino una humilde reseña como lector de “Fantasmas de Madrid” de Arturo Villarrubia.

Habría que poner como antecedente que el autor es un fotógrafo, un observador cualificado que gusta de captar los momentos, las imágenes e, incluso, los estados de ánimo. Pero que nadie se lleve a engaño: nunca Arturo ha tomado fotos de fantasmas y de espectros. Y no por una cuestión escéptica ante el fenómeno, sino porque no se puede captar, a mi juicio, la imagen de lo que no existe.

Arturo es un buen retratista y un buen número de premios avalan sus operaciones con la cámara, su conocimiento de la técnica, un sentido innato por el buen gusto y una actitud disciplinada hacia la técnica fotográfica.

Y como madrileño que ejerce como tal ha escrito sobre un tema universal, pero centrado en Madrid, que tiene su origen en la mitología cuando el fantasma de Enkidú se aparece a Gilgamesh. 

Ya tendríamos, pues, una primera definición del vocablo fantasma como aparición. Pues es sobre las apariciones de lo que habla el ebook de Villarrubia y, en concreto, sobre los fantasmas de la Capital de España.

Villarrubia selecciona unas cuantas historias del folklore madrileño y que llegan hasta casi a finales del Siglo XX. No es una muestra exhaustiva pero si reconocible, objetiva y representativa de unos acontecimientos que con el paso del tiempo van perdiendo fuelle, actualidad. Y resulta extraño el desconocimiento de los fantasmas patrios en una sociedad donde el espiritualismo tiene un sólido encaje entre el común; ¿acaso alguien duda o desconoce de/el sentido que tiene llevar flores a los difuntos?

La creencia o la fe en la otra vida es la base - o el esqueleto - de la creencia en los fantasmas y en los espectros. Ya los romanos (de quienes somos descendientes) discernían entre espíritus buenos (los de los antepasados, manes) y espíritus malos (almas de los hombres malvados, larvae), y así hasta hoy la literatura nos lega infinidad de relatos, historias y narraciones al respecto.

Arturo nos presenta doce historias de fantasmas que así nos prologa:


“...encontrareis amores prohibidos, venganzas sobrenaturales y espectros de ultratumba. Hablaremos del origen de la frase “De Madrid al cielo”, de la triste suerte de la viuda del Capitán Zapata y la no menos triste suerte que la imaginación popular atribuyo a los Marqueses de Linares, de fantasmas que vuelven de la tumba para una última noche de amor y de perros fieles que siguen protegiendo a su amo más allá de la tumba.”


Pero que nadie se lleve a engaño, Villarrubia nos habla de dichas historias desde un escepticismo a lo Richard Wiseman y con cierta chulería irónica. Y como muestra de ello nos dice Villarrubia en una de esas historias: 


“¿Dama misteriosa de esbelto talle, que se mueve sola por sitios no recomendables y horas intempestivas? Magnifico ¿Extraño silencio y mirada fantasmal? Nadie es perfecto y eso son asuntos personales ¿Compañía extraña y poco recomendable, posiblemente un diablo? No hay que juzgar a nadie a la ligera y tendría que ver vuesa merced algunas de las damas y caballeros que son aclamados en esta nuestra Villa y Corte…

¿Es fea? Pies para que os quiero si no es para correr.

Habrá sin duda quien considere semejante descripción de la psicología masculina todo menos fantástico y no le faltará razón.”


Lo que resulta, a mi parecer, fundamental es la puesta en un contexto de dichas historias, ya en su momento en la historia, ya en el espacio urbano, y aquí es obligado recordar un titulo del mismo autor: Postales desde Oporto, donde las isologías con Fantasmas de Madrid son más que evidentes tanto en la estructura como en el desarrollo narrativo.

No querría dejar pasar una mención obligada, al hilo de lo anteriormente expresado, a un llamado experimento de disonancia efectuado en la Escuela Politécnica Federal de Lausana que nos explica estos fenómenos. No en vano Richard Wiseman que ha experimentado, a su vez, estas realidades concluye que los lugares sobrenaturales existen aunque no los fantasmas de los que se cuenta que allí habitan.

Cierto es que hay quien avala la existencia de dichas aparentes materialidades...






15 diciembre 2016

ESA INGRATA REALIDAD







Ya ves como la noche
Inunda cada día
Y como solemne la luna
Se engalana con los astros.

Ya ves como la bóveda celeste
Encierra lo sabido
Y fuera de ella
Está lo inmenso inabarcable.

Ya ves como el silencio
Es un ladrido hondo,
Mudo e incomprensible
O un eco que nace de un afónico muro.

Ya sabes que no hay nada infinito
Y que algún día
Dirán que somos estrellas
Que brillan en el cielo.

Ya sabes que aquello es ingenuo
Pero el hombre necesita la metáfora
Para vestir de poesía esa ingrata realidad.





05 noviembre 2016

EL PARQUE







No volveré a sentarme en el parque en el albor
anunciando tu presencia, presagiando que concedas
tu bálsamo al acanto.

Me he ido y he dejado la fontana
con sus niños tan severos y con su hilo de agua cristalina
donde riman mil acordes.

No volveré a soñar contigo
cuando el Sol de la mañana se para entre las tilias y las sombras
de sus hojas se mezclan con tus pasos.

Te has quedado allí sentada mientras trinan arpados los pardales
y peinas suavemente tu melena meditando pensamientos.






23 octubre 2016

SISTÉMICO





Lene e inmaterial 
es el veneno de la insana vesania
deslizado en mil ideas, 
delineando la furia
en puntos en una vasta 
línea de fatalidad que percibe iglesias 
en la cúspide del cielo.

Sacrílegos juntan 
las palmas, y el verbo expele 
el salmo tan íntimo 
que ahoga la falsa ventura 
anunciada por el lóbrego ángel de la noche:
el Cielo, in illo témpore, trazó falsos astros 
y rugieron gañidos los númenes.

Si Berkeley resucitara 
elevaría un altar ideal y empírico
donde tapar, piadosos, 
con flores marchitas la oquedad
de cada mechón con aritmética 
y álgebra trasplantado,
igual que el jardinero diligente  
ordena en las macetas finitos cepellones.

Es lo que tiene cultivar la puna: 
hay espíritus que son puro barbecho.





28 agosto 2016

HOMICIDAS







Aprieta la mano de Dios el cuello infeliz

del ahogado y se mofan los niños

apilados jubilosos ante el Hacedor,

sus ojos se hienden ante el crimen

dibujando garabatos en las muecas

de sus labios. Sacrifican en sus risas

su infame y vanidosa rectitud.




Corren jocosos, desvelan los párvulos

el evangelio de los hechos consumados,

delinean con sus brazos mil cabriolas,

patalean su oportuno alborozo

y sus padres los absuelven de tan temprana indignidad.




Dios ascendió de los infiernos,

su ira obturó cualquier indicio de esperanza,

su infinita gloria esputó el sagrado calvario

y el cordero degollado baló en éxtasis,

regurgitando sus entrañas, en la ágora la buena nueva.




Dios aprieta, ahoga y sacrifica a su embustera creación

congregada y homicida, cómplice de su divina

iniquidad, por los siglos de los siglos.



26 agosto 2016

SU SUTIL MIMO








Suavemente se desliza

cubriendo la orilla la ola

y el sol mi faz arrebola

y mis ojos hipnotiza,

siento la piel que se eriza

por la brisa que me envuelve

sintiendo que al fin me absuelve

de la noche y de su sombra,

su sutil mimo me asombra

y al calmo mar me devuelve.






25 agosto 2016

UN LISO Y LARGO SILENCIO



Designed by Freepik






Hoy viró el viento cincelando
un nuevo rizo en la marea,
de soslayo el leve guante
acaricia la arboleda y rechinan
mil hervores chocando en la rompiente.


Se vuelve la cansada vista al inquieto mar
y, en su obsesiva cadencia,
atisba el horizonte que traza
la frontera con las nubes.


Se dibuja el Sol
sobre las olas igual que un tatuaje
de luz, y puntillosos luceros
vienen y van, titilan, se muestran, se esconden
y reiteran en un sutil baile su leve timidez.


Vuelve la fortalecida alma a la mar
y se sumerge la memoria
esfumándose, en un liso y largo silencio.





24 agosto 2016

ALEGORÍA







Si hubiera de definir el silencio
recurriría a la alegoría de tu figura.


Si hubiera de acotar las horas
lo haría mudo para ser testimonio
de la sonrisa que nunca me dedicas.


Si hubiera de elegir
me quedaría a orillas del mar
oliendo olas cegado por lo imponderable.


Si hubiera de volver del revés 
el mundo haría un barco
de papel donde arrojaría la indiferencia.


Si hubiera de saltar desde lo alto
me apartaría para volver a ser mecido entre las olas.


Si hubiera un tiempo nuestro
sabría que no desperté de un sueño roto.


Si hubiera querido olvidar
pintaría de noche las ventanas.


Si hubiera de mirar atrás me negaría
y seguiría dibujando huellas por la arena.


Si hubiera de pintar tus labios
me sumergiría en lo vasto de nombre.










23 agosto 2016

UNA VANIDAD QUE SE ESFUMA





Se deslizan calmas las velas
en el sereno mar
y lanzan las redes a sus olas.

Levita la brisa,
y el eco
de la caracola se mezcla
con las primeras luces
del día que irrumpe entre espuma
y arena como un manto de granito
que se aferra a la lenta existencia.

Encerrado en la bóveda
pesa esta ingenuidad que se ahoga
como el mar en la orilla.

Temo dejar de respirar
y partir como la nao
que hundida encontró en la sima su puerto.

Se desliza el tiempo como un susurro
y mis dedos amarran el aire
como una vanidad que se esfuma.

Enciendo el último cigarro
y lejos la mesana guía mi destino.




21 agosto 2016

EL DIVINO DESTINO






Dios se hizo pústula

y esculpió el aliento con sus manos.



Dios bajó del Cielo

y pintó de nubes la perpetua edad.



Dios legó en la orilla

la mortalidad que baña nuestros pasos

y donó la vejez a lo efímero.



Dios se mofó de nosotros

y pasó de largo dejando la tormenta.



Dios se fue

y murió en nuestro intelecto

y su herencia es una torre de babel

donde nadie entiende a nadie.



Dios ascendió a su nube gris

y rezumó la lluvia ácida

que abrasa eterna

las finitas almas.



Y deshojó el amor
 
en mil embustes.




24 abril 2016

LA SOMBRA DE DIOS









Surgen copiosas las sombras,

esquivas, eterno séquito,

rasgando su noche expectantes

quieren esconderse del día

en su azabachado velo.


Sombras inquietas,

tan solemnes, sin vida propia, 

solitarias, nómadas,

aceradas, testarudas, 

moviendo su contorno

en las paredes y en el camino

besando fielmente las huellas

del huésped delineando

su mudez en su oscura tez.



Sombras silentes y afónicas,

calladas, disimuladas,

asiendo los cuerpos

siendo almas errantes

esposadas a la vida

igual que la misma muerte.



Sombras que se escapan,

que bailan idas,

que se dividen y redoblan

en su sombría silueta.



¿Somos sombras

reflectadas a la tierra

en nuestra solemne opacidad?



¿Somos la sombra infinita en el Universo

que proyecta la tiritante mano

del umbrío, sordo, 

esclerótico y moribundo Dios?






23 abril 2016

LAS PARTÍCULAS DE DIOS







Ella debiera leer a Leibniz
y abrir las ventanas de sus mónadas
al amor, que es un Dios aniquilado,
en cada trasquilón de su corto hemisferio
de un famélico yogui levitando en el tinte de la lóbrega noche,
en amoniaco que cicatriza los aromas
de cada mechón que arranca disconforme
con la esperanza de averiar el vínculo estéril
de la composibilidad de lo humano a lo divino.

Es el mejor mundo de los posibles:
gustar con el disgusto de ser despreciada
y saberse engañada, engatusada en agrio vilipendio
porque Dios creó, con un soplo de marido beodo,
su mundo mirando su divino rostro reflejado en un vitral,
mientras la mano siniestra atajaba mechones
de su lacio cabello escribiendo torcido
el destino de su hija dispersa en polvo de estrellas,
reflejando insensatez en su propio universo perfumado
de charlatanes que venden humo de incienso
y lociones aftershave para el loco y afeitado desamor.






16 enero 2016

STARMAN


photo credit: STARMAN via photopin (license)


Píldoras de proteínas
vagan sin trayecto
en el infinito
camino del espacio.

La última transmisión del mayor Tom
dejó al mundo bailando una performance.

Sin pinturas de combate
él flotó amortajando el vano destino.

Lástima que la vida sea una puta que nos paga
por una mamada mandarinas amargas
escupiendo semillas de amor en el leve limbo.

¡Oh mi dulce Stardust!
anunciaste la muerte
con lágrimas en tu flequillo,
que es un agujero negro
que te aleja del honor a la depresión,
zanjando la fama
en un orinal en los bajos de tu cama.

- Nacemos de pie, me dijo la araña,
y morimos sentados en el lavabo
mirando nuestras huellas
y maldiciendo cada Sol
que se escondió dejando al atardecer
dando paso al negro frío
que engulle voraz a los hijos de los hombres
tristes y solos.

¡Oh nena! encendiste la tele
y me viste en el Canal 2
y sabes que nos quedan
cinco años para suspirar
siendo invasores del espacio, encanto.

¿Dónde estamos ahora?

Estamos siendo comidos por los fanáticos
ávidos de la energía del rock and roll suicida
mientras Jacques Brel nos canta Ne me quitte pas.

Lo siento nena,
debía llamar a alguien y te elegí a ti.

DEP