02 junio 2014

SILENCIOS FRÍOS


  

La misèria esdevingué poeta
Lluís Llach - Campanades a morts

Al compás del recuerdo del río nació mi amor por Irene
Raúl del Pozo - El Reclamo





SILENCIOS FRÍOS

Al volverme
diviso un reloj en la pared.
No marca las horas.
Acuerdo que somos libres para elegir
poner en marcha las manijas.

Se marchó Mayo,
las amapolas son un recuerdo.
Veía rojo, blanco, amarillo
en un tupido verde.

Mis caminatas sin reloj,
sin manillas. Aún así
contaba el tiempo.
Y volvía a subir
a no buscarte.

En el verano que llega
todos estamos en movimiento,
la pared parece marcar las horas
y nadie se siente pobre.

Ahora que tengo frío
soy esclavo del helor:
siento como si no pudiera elegir
ponerme otros calcetines.

Es en esta miseria
donde se esconden
las prendas más preciadas,
aquellas que escondemos
para que nadie
se sienta disgustado,

pues cualquier ostentación
nunca es bien recibida
por el hielo que sale de cada palabra
que has elegido no pronunciar.