LA APRENDIZA DE LA NEXUS
La sala de la claraboya era el único lugar donde se podía observar el exterior. Robinson miraba absorto el espacio.
La nave Nexus hacía dos años que había partido de Artemis rumbo a Psi 347, una de las lunas del planeta Hidros donde debía de dejar a los nuevos colonos. Allí se encontraba un yacimiento de cobaltita, un mineral que, una vez procesado era fuente de cobalto, el cual se utilizaba en la construcción de las naves estelares.
Su mirada estaba perdida observando la nebulosa que servía de referencia para llegar a su destino. Faltaba el equivalente a 100 días terrestres para llegar a Psi 347.
Camino de la cabina donde pernoctaba, Robinson reparó en que debía revisar en media hora los controles de reciclaje de materia orgánica. Era el técnico encargado de mantenimiento. 15 años de dedicación a su trabajo le había convertido en un ser taciturno e introvertido. Nunca intimaba con el resto de la tripulación, a excepción de Romina, la nueva operaria a la que debía supervisar durante 3 meses que duraba aquella misión.
Antes de llegar a su habitación, se desvió a la sala de procesado de alimentos, pensaba tomar un zumo reciclado. Allí encontró a Romina rodeando con sus brazos a uno de los marines que formaban parte de la tripulación, un apuesto soldado nacido en Marte descendiente de los primeros colonos del planeta rojo. Robinson, presa de los celos, recriminó a la joven que no estuviera camino de los controles para comenzar los prolegómenos del protocolo de revisión. Dio media vuelta y se fue.
Una vez que acabaron de revisar los controles, Romina se despidió y se marchó. Robinson la miraba mientras ella salía al pasillo exterior. Minutos más tarde Robinson volvió a la sala de la claraboya, allí fijó la vista en el espacio mientras le atormentaba el hecho de que ella y el apuesto marine estuvieran intimando en cualquier rincón de la nave.
Semanas más tarde Romina desapareció junto con una de las cápsulas de salvamento. Faltaba un día para acabar su aprendizaje en la Nexus.
Enhorabuena, Joan!! Merecidísimo reconocimiento a tus poesías.
ResponderEliminarUn abrazo
Marisa, reitero mi agradecimiento y el honor de tenerte por esta humilde lar.
EliminarEn abrazo amiga.