20 marzo 2015

SIN PÓCIMAS






Mis dedos no se conforman con esta deformidad 
que esculpe mi enojo tan negro
una noche que se cierra 
perdiéndose la vista en un vacío aljibe
lleno de alegrías y de tristezas.

Solo con el ojo puesto en las estrellas 
que se han ido de un horizonte tan baldío
como una yerma tierra 
me llegan tus hurras 
de hechicera 
sin pócimas
y con salves lisonjeras.

Allí no hay Dios, 
ni tan solo su idea,
aunque muy despacito cubierta de nieve y frío
ya se asoma la primavera.

¡Cómo se entretejen
las aleluyas con las penas!

¡Cómo gritan los arbustos
tu nombre con sus letras!

¡Cómo cae al vacío
lo pretérito y lo divino!

¡Cómo se agrieta el alma
con el más cruel de los destinos!

Y así
pasito a pasito
nace del almendro
una flor...