07 mayo 2015

MI FE EN TI



photo credit: Red Venus via photopin (license)


No tengo fe en ti
aunque creas primaveras
multiplicando peces
en tus dedos 
que son redes, aunque transmutas 
en vino el agua donde se ahogan 
las plegarías que recito ante tu altar,
altar que hago
en cada salmo
de tu frente.

No tengo fe en ti,
aunque doblas el pañuelo
que empapas 
en jazmín igual que la brisa
meciendo la amapola.

No tengo fe en ti
cuando mis oraciones 
reverberan como un eco en la pared,
y no me escuchas
adorándote en silencio,
ni aun cumpliendo la penitencia
que me aleja de ti
como un cometa que no logra chocar
contra la Tierra.

No tengo fe en ti,
aunque caminas sobre las olas
y renaces, cual Venus empapada
en la espuma del deseo,
cada amanecer mirando
el espejo que te habla.

No tengo fe en ti,
aunque arranque
los papiros de mi piel,
aunque recite la luna llena,
aunque bautice el estanque
con la sangre de los justos
con la que mis entrañas
te hacen una ofrenda.

No creo en ti
porque conviertes
mariposas en ósculos
volando hacia ninguna parte.

No creo en ti,
aunque me hables ardiendo
en cada tabla de la ley.

No tengo fe
en tu desierto,
ni en tu festín de oasis
de santas intenciones,
de relojes sin cuerda
deteniendo el tiempo
que nos separa,
aun obrando el milagro
delineando una sonrisa
en cada mueca
de mi santa faz.

Mi santa faz escupe 
lágrimas de negras tintas 
ascendiendo a tus infiernos.

No tengo fe en ti,
ni aun abriendo
el firmamento,
ni aun acariciando
este tormento,
apócrifo testamento
que has creado para mi.

Aún quiero,
créeme,
te lo imploro,
tener fe en ti,
cuando mesas tu cabello
arrancando la maleza,
aunque sea por un momento,
que ha anegado tu jardín,
y aunque escapes como el viento
para que nada me lleve a ti.