Igual
que el vuelo grácil
de
la alondra se dibuja
tu sonrisa amable
dibujando
los trazos
que
recomponen mi ruina.
Igual
que mil amaneceres
de
rojos y naranjas con el índigo
tus palabras me
despiertan,
infinita bendición, como plegarias.
infinita bendición, como plegarias.
Nubes
que rizan de hielo
los
sabores amargos
de
viejo rancio vino,
negras
como la tormenta
que
empapa mi alma
y
mi cabeza, aún explotan
en
mis palabras llenas de pez.
Mientras
tú, paso a paso,
con
tu tranquila paciencia me
arrullas
con tu verbo como un verso, enraizada poesía.
con tu verbo como un verso, enraizada poesía.
¿Cómo
dejar este Cáliz que
se atraganta?
¿Cómo
abrir del Cielo sus puertas ?
¿Cómo
dejar atrás al fauno y
rozar tus cálidas orillas?
Igual
que la suave brisa
de tus cabellos
tu
humano verbo me
embelesa
como
un niño ávido
de atenciones
si me regalas el cálido albor
de tus palabras.