13 septiembre 2014

LOS COLORES DEL ALMA



Fotografía: Arturo Villarrubia




Son los colores
del alma
la curvatura
que traza
el peso
de tantas cosas.

Son tintes
que tiñen
de sangre
que se expande
en los dolores
que constriñen
dibujando un trazo
más grande.

Son hierbas
que huele
el monte:
espliego,
tomillo,
lavanda,
romero
las que alientan
sentimientos
que brotan
de un semillero.

Es el cielo
sin sus nubes,
es el mar
que se está quieto,
es el rio limpio
con sus cantos
rodados por el tiempo.

Es el Sol
que calienta
el hemisferio
abrigando las pieles
que se curten,
que se sajan
con sudores
y viento.

Es la nieve
que atrapa
las huellas,
es la nata
que endulza
el pastelero,
son dientes
que se aprietan,
son blancas sábanas
que se mecen
tendidas en el verde;
el glauco, el índigo
y el ambarino
de los ecos,
de las risas,
de los partos
inconclusos,
de las metas
que se olvidan,
de mil pies
que se miran
y se pisan.

Y son colores
que alimentan
las sonrisas.