29 marzo 2015

LA AUSENCIA






Un breve suspiro
cegó tu corto halago
sin descifrarse nuestros ojos
ávidos, tal vez,
de curiosidad,
de conocimiento
que intriga,
de miedo
por saber
que hay detrás
de esa puerta
y esa fachada tan amarilla.

Sin esperarlo
te habías marchado
como viniste,
corriendo cruzando
mil portales de vuelta
a tu rincón dónde
no te puede versar el poeta
cruzando de mil maneras,
juntando los pedazos,
cada linea de tu espalda
en un largo trazo
subiendo con los dedos
allá en la muda garganta...
...se evadía tu regazo.

En cada paso
tímido
escribía garabatos en tu pelo
deshaciendo los rizos
de la ceguera que espera:
el verso de la ausencia
es un lacio
acerbo
trago.