16 septiembre 2014

SOMBRAS DE LUZ




photo credit: Praying via photopin (license)


Blancos y negros dibujan 
un rostro captando un instante,
un momento del pasado que no será posible,
un recuerdo que se traslada 
de la memoria vacía como un cuenco
sin nada al papel leptográfico 
donde se plasma el ayer en el hoy
sin continuidad de repetirse 
y que, como un canario enjaulado,
perderá su presente, entre barrotes, 
viendo cada día
pasar dentro de su cautiverio.

Luces y sombras moldean 
el tiempo atrapado en un papel
de haluros de plata 
que cuelga de un puente
de gelatina entrometiendo 
la luz del día con la noche,
que es un agujero negro 
donde las miradas se fijan,
se clavan, se inventan a si mismas
en una décima de segundo
en una pócima que no se acaba.

Son los ojos espejos 
del alma sin colores,
con la forma de los trazos difuminados
en blanco y negro 
como un nombre olvidado,
o como un hombre que aún recuerda el suyo.

Ambos, sin futuro, con el eterno presente,
en sus quietos hombros, miran el ayer de papel baritado.

Rostros, caras, miradas con la frente alta,
sin nada o con mucho.