02 enero 2016

ALBUR






Escondidas las frases en la garganta
retoman en la hora imprevista
silencios que hablan a destiempo.

Miro tras la ventana el horizonte
y mis ojos se posan en el limbo
celando mi alma de sus nubes.

Se han roto las señales que te trazo
como el cántaro de mieles figuradas
y los guijarros esculpen mi ventura.

¡Qué obvio se vuelve tu sigilo!
¡Qué muda se torna la hambrienta poesía!

Con las puntas de los dedos
perfilas firme en cada letra mi epitafio.