09 diciembre 2016

Esa ingrata realidad







La noche inunda cada día
y solemne la luna
se engalana con los astros.

La bóveda celeste encierra lo sabido
y fuera de ella
está lo inmenso inabarcable.

El silencio es un ladrido hondo,
mudo e incomprensible.
Un eco que rebota en un afónico muro.

No hay nada infinito.
Algún día dirán que somos estrellas
brillando en el cielo.

Es ingenuo.

El hombre necesita la metáfora
para vestir de poesía la ingrata realidad.



Sin palomitas

Fotografía: https://enfilme.com/ En las mayores de las ocasiones la ficción ya supera a lo real con la fuerza que se oculta tras la cámara. ...