Formas geométricas abstractas del fondo o textura. Imagen de kues1 en Freepik
Se quebranta el firmamento,
sin el rumor de las estrellas
se ha roto el cielo en mil pedazos
de luna llena.
El Sol se ha escondido
y nada reflecta
su luz que daba la vida,
la vida que se escribe ahora en una esquela.
y escondido en la niebla,
el runrún del mar calló
en la queda de olas quietas.
Disimulan en sus nidos
los pardales su tristeza,
ateridos y flemáticos
ansían destemplados que amanezca.
Las ventanas se han candado,
se atrancaron las cancelas,
se encendieron en los lares
los pabilos de las ceras.
Reina el silencio en las casas,
echan la llave las puertas,
se han desnudado las calles
y están vacías las tiendas.
Se alejan los vehículos
por las largas carreteras,
con las luces encendidas
huyen de la noche negra.
Se quebrantó el firmamento,
nadie distingue orillas y riberas
con la sombra escampada
que a toda villa le llega.
El runrún se calló de la mar.
De la mar marinera
solamente ha quedado certidumbre
empapada de tristeza.
Entre cuatro paredes,
detrás de cada puerta,
escondidos debajo de las camas,
unos maldicen y otros rezan.
Los hay que enmudecieron
al desaparecer la luna lunera,
y sin sus nanas y sus cascabeles
turbados desesperan.
¿Dónde habrá ido la luna?
Con la marcha de Orión, Casiopea y la Flecha,
todo es bruna sábana
que queda bien dispuesta.
En sus nidos los pardales
esconden bajo el ala su tristeza.
Solo el búho queda atento,
y el resto de alimañas en cada acechadera.
Sin lucero del alba que al marino orientaba,
sin el viento que sople, se han arriado las velas
y los barcos, como pueden,
o navegan los mares o las anclas fondean.
No se surcan los cielos por las aves,
no migra la cigüeña,
en cornisas se agolpan las palomas
y se ha quedado el águila sin presa.
El cielo es una sombra de una larga noche,
espera San Pedro en la puerta
de los Cielos y están en el infierno
las calderas dispuestas.
El barquero del Hades se afana
con su barca tan llena,
y se agolpan las almas en el Monte del Miedo,
con sus cantos que se apilan ordenados, consumidas por la pena.