Se desbordaba en tus ojos el Nilo
con aterido grito de dolor.
El frío clavándose en tu joven pecho
del corazón constriñe su latir.
La estéril súplica, clamor sin eco,
el desgarro arrancó de tu garganta.
¿Quién
te libera de este caro precio
que
el fiero tajo tu carne desgaja?
El
miedo envuelto de queja, en bramido,
mientras
acosan tus piernas abiertas
mostrando
al mundo el íntimo jacinto,
deshojada pureza que cercenan.
Se tiñó de tan triste roso el Nilo,
rompe tu rostro el silencio en almagre.
Un dios permite cruel la llama ardiente
abrasando tu achura el cruel estoque.
Pequeño amor, amor tan cercenado,
crucificada con ritual abscisa,
de púrpura se viste tu pasión.
Abril 2015-Octubre 2024