14 agosto 2015

LA DULCE CELDA





Sudan cal de la celda las paredes
y sus barrotes forjados en hierro
limitan el mundo en este destierro
siendo tan dulces sus níveas redes.

Tanto a sus visitantes y sus huéspedes
no parece ser tan malo este encierro
y aunque nadie repare en este entierro,
en polvo acabarán sus densos céspedes.

La sombra del olivo quedará
del pasar del fiero ciclo a merced
viendo pasar las noches y los días.

Sentado el recuerdo perdurará
saciando en memoria esta larga sed
de no acabar en tierras tan baldías.


2 comentarios:

  1. Me gustó mucho, pero he de decir, que el primer verso, no. Disculpa mi atrevimiento.
    Un beso, Joan.

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  2. Me alegra que te haya gustado y siempre hay la certeza de que lo que hacemos guste o no, ese es el juego del riesgo.

    Siempre lo que hago es más que mejorable. De eso no me cabe duda alguna.

    Un beso Yayone.

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