Me resulta curioso como el lunes
sigue siendo lunes por todavía,
que es lunes a pesar que sea estío
pues en la madrugada no recorren
el paseo, la orilla, las aceras
ni la sombra lunática alargada
el divo carrusel, los hijos de Hebe.
Es curioso el poder de la costumbre,
de los hábitos y de las rutinas,
del devenir que fluye del destino,
del punteo que los relojes marcan,
de la muda del día y de la noche,
de la transformación de la penumbra
a la luz, de la luna que menguó
y se llenó envolviéndose en estrellas
que titilan, que un día se apagaron
y siguen trascendentes a pesar
del tiempo y del espacio. Me resulta
curioso como todo se sucede,
como todo se engrana y se eslabona
la engrasada cadena que se ató
en una eternidad que no se acaba.
Es curioso el poder de los recuerdos,
de la memoria que no siempre acierta,
de las evocaciones del pasado,
de la membranza de lo acontecido.
Es curioso que siga siendo lunes
en este estío cruel y caluroso
y que el desnudo torso tenga frío.
Es curioso que sea lunes cierto,
que se acabó el domingo bondadoso.
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