Pisadas piedras
chapotean ruidosas
el baile del desprecio.
Alguien escapa
como alma que huye del diablo,
del diablo con un vaso
de café y de tristeza.
Llegando lejos
las huellas se deslizan con restos de desidia
aferrada a la llave que abre cinco puertas.
Las puertas cándidas
que destinan en la huida los fines que se buscan,
se buscan las salidas
que retiren de encima la pereza,
pereza de la sombra solitaria.
chapotean ruidosas
el baile del desprecio.
Alguien escapa
como alma que huye del diablo,
del diablo con un vaso
de café y de tristeza.
Llegando lejos
las huellas se deslizan con restos de desidia
aferrada a la llave que abre cinco puertas.
Las puertas cándidas
que destinan en la huida los fines que se buscan,
se buscan las salidas
que retiren de encima la pereza,
pereza de la sombra solitaria.
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