14 marzo 2015

Fina indiferencia



El tiempo se paró en la opacidad
de la curva que equilibra tu figura,
dibujando el firmamento en tu vanguardia
un quebrado reflejo sin nosotros.

Has embebido, urgiendo los labios,
un veneno escondido en mis manos.

Igual que un frío invierno,
he vuelto a sentir la abulia
que se clava en nuestros ojos
con trazos torcidos de entrañas
que se escabullen, como un pez,
al lecho que oculta el deseo.

Entre el ser y la nada
hay un espacio vacío 
en el que se encuentran
las frías miradas que cortan el tiempo
en dos o en tres miajas.

Observo los descalzos pies
con fe subiendo la montaña
que separa en dos nuestra ventana.

Nunca
 
germinarán de las palabras 
que esconden las gargantas
nuestros besos en la almohada.



SIN PÓCIMAS






Mis dedos no se conforman
con esta deformidad 
que esculpe mi enojo tan negro, 
noche que se esconde en un vacío aljibe.

Miro las estrellas 
lejos de horizonte tan baldío,
de yerma tierra.

De lejos llegan hurras 
de hechicera sin pócimas,
con salves lisonjeras.

Muy despacito, 
cubierta aún de nieve y frío,
llega la Primavera.

Se entretejen aleluyas con las penas.

Exclaman los arbustos
su nombre con sus letras.
Cae al vacío lo pretérito 
de cualquier destino.
Lo divino entra en las grietas del alma.

Pasito a pasito
nace del almendro
una flor.

Sin palomitas

Fotografía: https://enfilme.com/ En las mayores de las ocasiones la ficción ya supera a lo real con la fuerza que se oculta tras la cámara. ...