Safo, Faón y el Amor de Jacques-Louis David
Bella Safo,
yo no soy Faón
con el remo en la barca
llevando a la harapienta anciana
que un frasco de perfume regaló
por la moneda recibida
de un viaje que ella nunca le pagó.
No soy,
bellísima Safo, el sin par Faón,
mas vos sí la más hermosa de las jóvenes doncellas
que se muere enternecida por amor,
amor que os querella
por no prestaros vuestro amado la debida atención.
No soy, hermosísima Safo,
ese tal Faón
embellecido por un bálsamo,
por un perfume, por un aroma, que le convirtió
en hombre deseado,
siendo, sí, vos la musa del pintor,
del poeta, de los dioses por ser
más bella que la Luna y que el Sol.
Olvídame Safo, yo no soy Faón.