Pinta acre el plomo índigo flotando las nubes.
En la boira meciéndose las olas dibujan
acabado rizado que se acerca a la orilla
(arena que se alivia la sed que nunca sacia).
La mañana despierta los dormidos espíritus,
se arremanga la noche que quedó en la almohada,
en los sueños, en sábana fruncida en deseo,
en la cama planchada deshaciéndose en mimos.
Se levanta la brisa, llega siempre
zalamera rozando las mejillas
y arrebola sonrisas sus lisonjas.
Pinta la dulce despedida un gesto
acariciando el arco de los párpados.
Marchitan poco a poco las estrellas.
Septiembre 2024
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