Último suspiro.
El aire desahogaba mis pulmones
de las letras, las palabras, de los sueños
estériles, de la música de tus pasos.
de las letras, las palabras, de los sueños
estériles, de la música de tus pasos.
En el ocaso sin notas que se acompasaran
a las huellas de tu senda,
a las huellas de tu senda,
la negación rotunda
esculpía la tumba de sombras.
Fuera, silbaba la cardelina.
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