Detrás de la cortina por dónde yo miraba
estaba mi alma toda perdiéndose enclaustrada.
Andaba yo a tu lado queriéndote en silencio
ansiaba asir tu mano, andaba tan callado
detrás de la esmeralda pared que limitaba
noctívaga a la sombra con su manto lunático.
Contigo paseaba silente sin saber
decirte lo que mucho podría yo añorarte
al tener que ausentarme para siempre de ti.
Me acuerdo cada día solo de ti, de ti.

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