Todavía me acuerdo,
decías que eras tú.
Lenta subías por las escaleras
y el patio pintabas de azul.
Todavía te recuerdo
ingrávido cobalto, ramita de abedul,
con la sonrisa llena
con el manchado buz.
Todavía te veo sonreír
garza envuelta en un tul
o recostada sobre mí.
Olía tu cabello a tu champú.
Todavía te escucho comer
sentada en el suelo la lata de atún,
a dos carrillos masticabas
en la azulada hora del vermú.
Todavía me acuerdo de nosotros
y te pienso viviendo en un iglú
cercada de hielo y de frío
abrigada con manta blanca y azul.
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