Fotografía: https://www.elcastellano.org
Apago el televisor
apuntando con el mando
diestramente.
Al salir del comedor
cuento los pasos que yo ando
lentamente.
Me encamino en la negrura
buscando el primer café
complacido
de precedente tonsura
en la que pongo mi fe
decidido.
Con la taza asida vago
a buscar la poesía
deliciosa
con la que me desembriago
de lo que no comedía
caprichosa
la veleidad de querer
transitar las moraledas
yo contigo
y forestas por doquier,
y por siempre las veredas
tú conmigo.
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