Recogiéndose barcos de la pesca,
titilando el lucero del alba
anuncia pronto que va a amanecer.
Cada estío los veo.
Con su faena voltean el cabo
paseando en la noche cerrada
delante de la cala,
pasan camino del puerto.
Canta la ola en la roca.
Los veo cada estío
sin velamen que tender.
Hasta que Dios me reclame
quiero verlos
Los veo cada estío
sin velamen que tender.
Hasta que Dios me reclame
quiero verlos
con sus luces pequeñas de nuevo.
Veo que se alejan con el manto
de la noche que abriga el bajel.
Veo que se alejan con el manto
de la noche que abriga el bajel.
Viran siguiendo la luz del faro,
otraño quiero verlos recoger.
otraño quiero verlos recoger.
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