<<No eres más que una pobre alma,
que arrastra un cadáver>>. Epicteto
Somos almas que arrastran un cadáver,
seroja parda de acanto y agripalma,
la materia que a diario se transforma,
la conciencia que nadie se la enjalma.
Pan y sosiego ansía la persona,
nada nos vale más que estar en calma
y los pasos que cavan nuestra tumba
allí pretenden arrojar la salma.
A la herida y desdicha de la vida
siempre el rigor y la razón ensalma,
ignaros a la suerte nos confiamos.
Obvia verdad que a la vida se empalma
(verdad que duele, de la vera muerte
como fin). Es destino nuestra jalma.
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