Foto de Monicaaaaa aaa: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-romantico-curva-curvar-7218408/
Nunca la mar engaña al marinero.
Calma o brava es sincera.
La ola no miente.
Cuando envuelve con su húmedo abrazo es persistente.
Ni el remolino se atreve a no enunciar
esa dura verdad cuando te engulle
arrastrándote al frenesí,
al incierto azar.
Solo los osados saben tergiversar
las palabras omitiendo el detalle,
con el ánimo de enterrar
la ajena verdad.
El cobarde no escucha
lo que no entiende,
lo que resulta insoportable de admitir
y nublando el sentido le lleva a ser Narciso.
Torre alta es donde
vemos a los demás
desde la cúspide de nuestro cielo,
subidos en una nube
donde no brilla la generosidad
y donde los sentimientos
se imponen a la dura realidad
vasta, de acero, lesa, extraña,
que nos levanta de ese suelo donde
se confunde lealtad con lo eterno,
lo inmutable, con el rechazo,
y donde la mentira vence a Dios
e impone el infierno,
la oquedad,
ese destierro que cancela.
Cada cual con su verdad absoluta,
cada capa se hace un armado sayo,
cada cual es cada cual y los demás
que los parta un rayo. Y el Sol
sale para quien cierra filas sin dudar
ni dar la oportunidad
a quien se atraganta,
o no entiende el remolino que le engulle
en ese mar no buscado y sí encontrado.
La venda en los ojos,
el amor incondicional mal entendido,
que ni entiende ni es amor,
es solo obcecación,
ceguera y condición condicionada
por la tiniebla de la decepción
infame.
La verdad no es absoluta,
solo lo es Dios,
y los narcisos son niños grandes,
transductores viciados,
interesados cronistas,
que no ven más allá
con esa insana
necesidad de esparcir la deyección
y solo comulgan con ruedas de molino.
Mi verdad es la verdad,
la tuya guárdatela.
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